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Entre los instrumentos considerados folclóricos de Chile hay algunos traídos por los españoles y que fueron adaptados a nuestro medio. Los instrumentos musicales así como las comidas, evolucionan junto al medio donde se desarrollan: unos se popularizan y otros caen en desuso y desaparecen. La zona central de Chile fue la que tuvo más influencia de la cultura española, predominando lo hispano por sobre lo autóctono. En los extremos del país, en cambio, se mantuvo con fuerza la presencia indígena.

La música de los mapuches poseía tonalidad y ritmos monocordes; era adecuada para las ceremonias, en las que muchas veces miembros de la tribu se sumergían en estados e trance. Para el mapuche la danza y la música eran puentes de contacto directo con la naturaleza y los dioses; por lo tanto, en su vida cotidiana resultaba un nexo Tierra-Espíritu de carácter fundamental.

El pueblo mapuche es eminentemente musical y posee canciones para todos los actos de su vida. Los mapuches bailaban; era una costumbre que sorprendió a los conquistadores. Hasta que el español advirtió que bajo la mirada obsecuente y las expresiones de sumisión del indígena se ocultaba una raza bravía y un corazón inexpugnable.

Los mapuches tenían sus instrumentos musicales. Estos, de acuerdo con su carácter son sencillos, y sus melodías de temple monótono y triste.

Trutruca

Instrumento de viento, de soplo, cuyo sonido es «tru-tru». Lo fabricaban de un largo coligüe ahuecado. Al orificio donde se sopla aplican una lengüeta y al otro extremo amplifican con un cuerno.

Cultrún

Es otro interesante instrumento musical de los mapuches, es un tambor usado en todas las ceremonias festivas o religiosas. Su caja de resonancia, se fabrica del tronco de un árbol ahuecado, mide de 35 a 40 cm. De diámetro. A su base se adhiere un parche de cuero de vacuno o caballo. Dentro del instrumento se colocan semillas, piedrecillas redondas o monedas para darle más sonoridad.

Huada

Calabaza que producía ruido por medio de sus pepas secas. Es una especie de maraca.

Pifilca

Es una flauta construida de madera o hueso. Es corta y suena como un pito. Se la lleva colgada del cuello mediante un cordón.

En la actualidad se la construye con tallas de madera de unos 30 a 40 centímetros. El tubo esta cerrado en su extremo inferior y se lo perfora más o menos hasta la mitad de su largo. Emite un solo sonido y esta única nota se mezcla en el curso del canto o del conjunto instrumental sin relación rítmica ni tonal con el resto.

Kunkulkahue

Tenía dos arcos (generalmente de huesos de costilla) complementado por una sola cuerda de crines de caballo. Se tocaba apoyando, con la mano izquierda, uno de los arcos —cuerpo del violín— contra los dientes incisivos superiores. La mano derecha, a su vez, pasaba la cuerda del otro arco —arco del violín— sobre la anterior, produciendo un sonido quejumbroso y doliente.

El baile para el pueblo mapuche, así como para la casi totalidad de los pueblos originarios de América, tiene un carácter ritual, de armonía entre el hombre y su entorno y de relación con el misterio de la fe. En el fondo, es uno de los principales testimonios de cosmovisión del pueblo. Por ello, las instancias más importantes de desarrollo de la danza son las ceremonias religiosas. Algunos bailes son: el Kuimin, que lo realiza la machi para conocer el futuro; el Pürrún, que lo baila la comunidad imitando los movimientos del aire; el Mazatúm, que se realiza para el año nuevo mapuche y el Machitúm, que lo ajecuta la machi junto a la familia del enfermo para sanarlo.

Si bien el baile mapuche es aparentemente monótono, posee una serie de estilos y formas de baile. Por ejemplo, el loncomeu es la danza con acentuados movimientos de cabeza; el ruketu pürún es cuando predominan pequeños saltos; el mellaaschnakm pürún es un baile suave con movimientos marcados en el suelo; y el trafyén pürún es cuando los bailarines se mueven frente a frente. Así también, hay algunos estilos que son más frecuentes o populares, como por ejemplo el choique pürún o «danza del avestruz», de carácter recreativo realizada en fiestas y rituales; o el kollón pürún o «danza del enmascarado», el que se baila con ocasión del palín o palitún, el deporte más popular entre el pueblo mapuche.

Los bailes mapuches, así como todos los componentes de su cultura, han luchado fuertemente por su conservación. Lamentablemente hoy estas danzas están casi extinguidas, permaneciendo sólo en aquellos territorios donde la fuerza de la tradición ha permitido la conservación de los rasgos más distintivos de esta cultura originaria.

¿Sabías que?

El guillatún es la ceremonia solemne de los mapuches para pedir a la divinidad lluvia o bonanza, era encabezado por la «machi», la curandera, que tenía un papel preponderante en la vida del pueblo.

¿Sabías que?

Durante el período colonial y hasta el siglo XIX se habían compuesto un tipo de piezas musicales llamadas «mapuchinas», las cuales nada tenían que ver con el folclor propio de los mapuches. Se trataba más bien de un tipo de canción de temática araucana cuya forma se adecuaba perfectamente al canon convencional occidental. Las «mapuchinas» y composiciones de características similares conformaron el sucedáneo a la música étnica que, por ser eminentemente rural y provenir de profundas raíces indígenas que remontaban a un pasado «incivilizado y bárbaro», resultaba muy poco refinada en el medio urbano de naciones en vías de convertirse en Estados soberanos en el sentido moderno del término.


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