La recreación se considera una actividad inherente al ser humano. Todos nosotros hemos aprendido a relacionarnos con nuestro entorno familiar, material, social y cultural con un factor común: el juego en educación.
Este aspecto trata de un concepto muy rico, amplio, versátil y ambivalente, que es difícil de categorizar. Sin embargo, sus resultados y beneficios han sido ampliamente comprobados por académicos y expertos.
Se puede afirmar que el juego, como cualquier realidad sociocultural, es imposible de definir en términos absolutos. Por ello, las definiciones describen algunas de sus características.
Algunos expertos lo definen en relación a una forma de diversión, otros como forma de competencia, otras como una acción libre y espontánea de los niños. El juego en educación abarca tantas áreas como formas de realizarlo.
¿Qué es el juego en educación?
De ahí que se considere al juego en educación como un término polisémico; es decir, que posee varios significados, dependiendo del enfoque con que se le describa.
Sin embargo, pueden extraerse características comunes, las que nos pueden dar un marco general del concepto.
Características representativas del juego en educación
- El juego es una actividad libre: es una acción voluntaria. Nadie está obligado a jugar.
- Tiene un carácter incierto. Al ser una actividad creativa, espontánea y original, el resultado final del juego fluctúa constantemente, lo que motiva la presencia de una agradable incertidumbre que es parte de su atractivo.
- Es una manifestación que tiene finalidad en si misma, es gratuita, desinteresada e intrascendente. Esta característica va a ser muy importante en el juego infantil ya que no posibilita ningún fracaso.
- El juego se desarrolla en un mundo ficticio, con un continuo mensaje simbólico.
- Es una actividad convencional y de consenso, ya que todo juego es el resultado de un acuerdo social establecido por los jugadores, quienes diseñan el juego y determinan su orden interno, sus límites y sus reglas.
Funciones del juego
El juego tiene carácter universal, es decir, que las personas de todas las culturas han jugado siempre. Muchos juegos se repiten en la mayoría de las sociedades. Es más, el juego no se ve solamente en la sociedad, también esta presente en el mundo animal, por ejemplo cuando cachorros de ciertas especies practican el juego entre sus pares.
Esto se debe a que muchas formas de juegos preparan al hombre y a algunos animales para la vida adulta. Algunos son importantes para la supervivencia de la especie, por lo que se pueden considerar como juegos de tipo educativo.
En el juego humano esta presente la función simbólica ya que interviene en ellos la capacidad de usar símbolos y signos para crear contextos, anticipar situaciones y planificar las acciones venideras o interpretar la realidad.
El juego favorece el proceso de enculturación e identidad con la comunidad en que se vive. De ahí que se considere un medio ideal para la socialización del niño, por la inculcación de valores y normas propias de su medio.
Según la Organización de las Naciones Unidas, la ONU, en la declaración de los derechos del niño, el juego es un derecho. Es por esto que las autoridades públicas y la sociedad en su totalidad deberían velar por que se cumpla. El juego no solo es una forma de diversión sino también una de las mejores formas de aprendizaje.