Si antes debíamos esperar días para recibir una carta del extranjero, hoy nos basta con unos minutos o incluso segundos. El servicio de correo electrónico permite enviar textos y archivos de imagen o sonido de forma muy fácil y sencilla, transmitiendo mensajes rápidos entre personas o grupos alrededor de todo el mundo en un tiempo récor.
A diferencia de la dirección de nuestra casa, que está asignada y no podemos cambiar, las direcciones de correo electrónico las elegimos nosotros, al menos el nombre. Para obtener una dirección de e-mail tenemos varias opciones:
Los ISP, cuando un ISP o una empresa determinada te da acceso a Internet, lo normal es que te regalen una o más direcciones de correo, que puedes compartir con tu familia. Por ejemplo: Entel Internet, Telefónica, Manquehue Net, VTR, FirstCom, entre otros.
Los sitios web, que te regalan una cuenta de correo electrónico por el solo hecho de ocupar su web y hacerle publicidad. Por ejemplo, hotmail.com, correo.yahoo.com, latinmail.com, devil.com, mixmail.com, entre cientos más.
La empresa, colegio o universidad donde trabajas o estudias, que también puede darte una cuenta.
Las direcciones de e-mail se componen de tres partes: la primera es el nombre que tú eliges; la segunda es el signo arroba (@) y, por último, el dominio de quien provee la casilla de correo.
Veamos un ejemplo:
Supongamos que te llamas Carlos Valenzuela; tu dirección de correo podría ser:
carlosvalenzuela@hotmail.com
carlosvalenzuela@entelchile.net
carlosvalenzuela@vtr.net
Y así sucesivamente. Siempre irá al comienzo el nombre que tú elijas, luego el símbolo arroba y por último el servidor que te da la cuenta.
Las principales ventajas de este tipo de servicio, comparado con el teléfono o el correo tradicional, son:
– Más velocidad (un mensaje puede llegar a cualquier punto del mundo en horas, minutos o incluso segundos).
– La economía.
– Se pueden consultar bases de datos, bibliotecas, archivos, etc.
– Se pueden transferir ficheros y programas. El destinatario puede responder cuando le interesa. Incluso, si no quiere leerlo, lo borra y no lo abre.
De la misma forma que una carta se detiene varias veces antes de llegar a su destino, los e-mails pasan de un computador, conocido como mail server o servidor de correo, a otro mientras viajan por Internet, hasta llegar al computador de destino, donde serán almacenados en un buzón hasta que el destinatario los abra.