La guerra de los Siete Años (1756-1763) conocida por los norteamericanos como guerras Indias, entre España, Francia y Gran Bretaña, por el dominio de América del Norte, se resolvió el 10 de febrero de 1763 con la firma del Tratado de París. Los británicos obtuvieron todo el territorio francés al norte de los grandes lagos que actualmente corresponde a Canadá, más Luisiana al este del Mississippi, mientras España se adueñó del territorio ubicado al oeste de este río. Además, la corona española cedió a los británicos Florida, a cambio de Cuba y Filipinas.
Con esto, Francia quedó sin territorios en América del Norte, salvo por las islas de Saint Pierre y Miquelon, frente a la costa meridional de Terranova. También conservó sus posesiones en las Antillas.
Por lo tanto, en 1763, América del Norte se hallaba dividida entre Gran Bretaña y España. Las posesiones de ambas naciones estaban separadas por el río Mississippi. Sólo la zona noroccidental seguía siendo tierra de nadie.
Este tratado contribuyó al desarrollo económico de los colonos. En el norte se dedicaron al comercio y en el sur a la agricultura. Pero esta libertad económica no duró mucho, porque las relaciones con Inglaterra empezaron a deteriorarse. Esto se debió a la política autoritaria y comercialmente restrictiva del monarca británico Jorge III (1738-1820), que cada cierto tiempo determinaba la aplicación de nuevos impuestos a mercancías a las cuales los norteamericanos daban mucha importancia, como la melaza, con la que producían el ron. También el impuesto al timbre, con el cual las actas públicas, los documentos notariales y los contratos comerciales quedaban sometidos a ese nuevo gravamen. En estas circunstancias, los colonos se sintieron seriamente amenazados en sus libertades. Celosos de su propia autonomía, los ciudadanos de las colonias protestaron enérgicamente.
El 10 de mayo de 1773 se produjeron graves incidentes en el puerto de Boston, debido a la desesperación de los americanos por la decisión del gobierno británico de aplicar un gravamen a la importación de té. La Compañía de las Indias Orientales solicitó y obtuvo de los ingleses el monopolio de la venta de té en las colonias de América. Para el espíritu de los colonos, la decisión de Londres era inaceptable y contra esa ley del té actuaron de diferentes maneras, sobre todo boicoteando el producto inglés. El radical Samuel Adams preparó junto con otros compatriotas, el día 16 de diciembre de 1773, el famoso incidente del té de Boston; disfrazados de indios pieles rojas, asaltaron y arrojaron al mar el cargamento de tres barcos de la compañía: 343 cajas valoradas en 10.000 libras. El rey Jorge III proclamó estado de excepción, clausuró el puerto de Boston, redujo el poder político de Massachusetts y envió a la metrópoli a los funcionarios responsables del motín, para ser juzgados.