Huilliche, quiere decir «Gente del Sur«. Ellos poblaron la depresión intermedia desde el río Toltén hasta el Seno de Reloncaví. La zona específica de éste asentamiento indígena fue Osorno, Llanquihue y Valdivia. A la llegada de los españoles el territorio se vio considerablemente reducido.
Este grupo étnico se parecía mucho a sus vecinos Mapuche y Picunche. Sin embargo, junto a los últimos tenían un gran desarrollo cultural.
Los Huilliches tenían una lengua similar a la de los Mapuches, teniendo sólo algunas variaciones dialécticas. Se llamaba Ste Sungun.
La «Gente del Sur» no se caracterizó por su habilidad guerrera y su población siempre fue más pequeña que las de los Araucanos. Una de sus grandes virtudes fue la variedad de cultivos que fueron capaces de producir, entre ellos el maíz y la papa.
Dentro de sus actividades económicas sobresale la ganadería: la crianza de guanacos y huemules los abastecía de carne, piel y lana para sus tejidos. Se organizaban en levo o tribus, sin tener un jefe central. Su estructura es patrilineal.
Las viviendas semejantes a las rucas las confeccionaban de varas cubiertas con ramas. La duración de ellas era entre 10 y 12 años.
La presencia en la Isla de Chiloé les permitió desarrollar la pesca en embarcaciones como las dalcas o piraguas, hechas de tablas y cortezas. Lanzaban desde las dalcas 12 redes con las que pescaban mariscos. Es en Quellón donde se presentaba la mayor población Huilliche.
Su alimento principal era el maíz y el poroto, animales y pescados.
La religión se hace presente en la comunidad indígena Huilliche. Son muchas sus creencias, manifestaciones, cuentos y leyendas de éste pueblo. Para ellos Chaotroquin creó al Huilliche. Otras ideas dicen que los hombres brotaron de la tierra.