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La Región de Tarapacá se ubica entre los 18º56’ y los 21º36’ de latitud sur y desde los 68º24’ de longitud oeste hasta el océano Pacífico. Al norte limita con la Región de Arica y Parinacota, al sur con la Región de Antofagasta, al este con Bolivia y al oeste con el océano Pacífico.

Su superficie alcanza los 42.225,8 km² , repartidos en solo dos provincias: Iquique y del Tamarugal.

Ambas poseen un total de siete comunas: Iquique, Alto Hospicio, Pozo Almonte, Huara, Camiña, Colchane y Pica. Su capital regional es la ciudad de Iquique, principal motor económico de la zona, donde se ubica el puerto del mismo nombre y la zona franca más importante de Sudamérica.

En total, la población de esta región asciende a 236.950 habitantes. De ellos, la mayoría son hombres, alcanzando al 51,5% del total de la zona. Si tuviéramos que caracterizar a la población de la Región de Tarapacá, diríamos que esta se concentra en dos grandes polos urbanos de la zona costera, como lo son la ciudad de Iquique y la localidad de Alto Hospicio. Hacia el interior, los habitantes se dispersan, por lo que la densidad regional es de 5,66 habitantes por km² .

Importante misión

La creación de la región XV exigió la reestructuración de la de Tarapacá. Para nadie es un misterio que las diferencias entre costa e interior son abismantes, teniendo distintos problemas que enfrentar y desarrollos económicos dispares. En el litoral se concentra gran parte de la población en polos urbanos como Iquique y Alto Hospicio. Avanzando hacia la cordillera de los Andes, la población es dispersa, eminentemente rural. Para ello se consideró, entonces, la creación de una nueva provincia, la del Tamarugal, que reúne a las comunas de Camiña, Colchane, Pica y Pozo Almonte, siendo esta última su capital provincial (congrega el 28,6% de la población del Tamarugal).

División administrativa

La región de Tarapacá la componen:

Provincia de Iquique: su capital es Iquique.

La integran las comunas de:

Iquique: su superficie alcanza los 2.242,1 km²  y tiene 166.204 habitantes.

Alto Hospicio: es la comuna más joven, creada en 2004. Su superficie alcanza los 593,2 km² y posee 50.215 habitantes.

Provincia del Tamarugal: tiene como capital provincial a Pozo Almonte y está integrada por las siguientes comunas:

Pozo Almonte: tiene una superficie que alcanza los 13.765,8 km²  y una población de 10.830 personas (6.521 hombres y 4.309 mujeres).

Es la comuna de mayor superficie en la región y con alto porcentaje de población urbana (66,5%).

Pica: tiene una superficie de 8.934,3 km² y su población asciende a los 6.178 habitantes (4.569 hombres y 1.609 mujeres). El porcentaje de población que habita sectores urbanos es bastante alto, alcanzando el 75,6%.

Huara: su superficie es de 10.474,6 km²  y su población asciende a 2.599 personas (1.499 hombres y 1.100 mujeres). La totalidad de sus abitantes vive en sectores rurales.

Camiña: su superficie es la menor a nivel regional, llegando a los 2.200,2 km² . Tiene una población de 1.275 habitantes (676 hombres y 599 mujeres) y todos viven en zonas rurales.

Colchane: su superficie es de 4.015,6 km²  y su población asciende a 1.649 habitantes. No posee población urbana.

Relieve

En la Región de Tarapacá es posible distinguir las seis formas de relieve que caracterizan a nuestro país. A continuación, encontrarás las particularidades que en esta zona adopta cada una de ellas.

Borde costero y planicies litorales: la Región de Tarapacá presenta una zona angosta entre el mar y la cordillera de la Costa, originada por la erosión de esta última, y que no alcanza más de dos kilómetros de ancho. Aquí se ubica el principal centro urbano y portuario de la región, Iquique. Desde esta ciudad hasta la desembocadura del río Loa (en el límite entre la Región de Tarapacá y la de Antofagasta), se aprecia una continua plataforma litoral, con tramos de bastante amplitud, que permiten el tránsito terrestre longitudinal y el establecimiento de actividades productivas humanas.

Farallón costero: hasta el norte de Iquique se presenta como un macizo sólido, que surge desde las profundidades alcanzando los 800 msnm.

Cordillera de la Costa: posee un escaso desarrollo en la región, presentándose algunos cerros aislados que alcanzan solo un centenar de metros y que se desarrollan desde Punta Camarones hasta el río Loa.

Depresión intermedia: corresponde a un espacio relleno con productos de diferentes erosiones y que fue modelado por la acción del viento y el agua. Aquí se ubica la pampa del Tamarugal, una meseta que va desde los 600 hasta los 1.500 msnm y que debe su nombre a la existencia, siglos atrás, de un bosque de tamarugos.

También es el sector que levantó económicamente a la región durante los siglos XIX y XX, ya que en sus suelos abunda el nitrato de sodio, más conocido como salitre.

Cordillera de los Andes: en este sector se presenta alta y maciza, con alturas cercanas a los 6.000 msnm. En los faldeos del lado poniente cuenta con algunas serranías, las que se ven interrumpidas por profundas quebradas de extensión variable; en algunos casos, estas últimas son recorridas por cursos permanentes de agua.

Altiplano: es una meseta casi plana que se ubica entre el cordón oriental y occidental de la cordillera de los Andes. Se formó gracias a que la concavidad presente entre los dos cordones andinos se rellenó con material volcánico y, posteriormente, fue moldeada por la acción de los cursos de agua de la zona.

Su altura promedio alcanza los 4.000 msnm, coincidiendo las cumbres máximas con los volcanes de la zona. En ella se localizan algunas vertientes de aguas termales, como las de Chusmiza, Puchuldiza y las termas de Mamiña.

Clima

En el recorrido por la Región de Tarapacá es posible diferenciar cuatro zonas climáticas que corresponden a variaciones del clima desértico.

En el litoral, las temperaturas son gratas por efecto del mar, con variaciones poco marcadas, mientras que si avanzamos hacia el interior, nos acercamos a las extremas condiciones del desierto absoluto, donde la sequedad atmosférica es considerable y las oscilaciones térmicas diarias son bastante amplias.

Si bien de acuerdo a la latitud, la Región de Tarapacá se encuentra en una zona tropical, en sus características climáticas encontramos ciertos rasgos que difieren de este tipo. Los climas que predominan son:

Clima desértico con nublados abundantes: ubicado en el sector costero de la región, este clima se caracteriza por la presencia de nubosidad durante la noche, la que se disipa en horas de la mañana. Las precipitaciones son casi inexistentes y la oscilación térmica diaria, entre los meses de invierno y verano, es mínima. La temperatura es bastante uniforme durante el año, con valores que van desde 18,7ºC en julio hasta 22,3ºC en febrero.

Clima desértico normal: es típico de la zona interior, en plena pampa, a 1.000 msnm. Se caracteriza por presentar cielos despejados durante todo el año y por la considerable oscilación térmica diaria, con temperaturas muy altas durante el día y que en la noche pueden llegar a 0ºC.

Clima desértico marginal de altura: por sobre los 2.000 msnm, en plena precordillera, las condiciones se vuelven más inestables, incluso con precipitaciones abundantes durante el verano, lo que permite el desarrollo de una incipiente vegetación. Las temperaturas son bajas, no sobrepasando los 10ºC.

Clima de estepa de altura: a partir de los 3.500 msnm, la temperatura media no sobrepasa los 5ºC. La humedad relativa, en general, es baja y existen precipitaciones de origen convectivo.

Hidrografía

Las condiciones climáticas y las características del suelo son factores que condicionan la escasa disponibilidad hídrica de la región. En el altiplano, los cursos de agua existentes son de carácter endorreico; las aguas no salen de la cuenca y son acumuladas por lagunas y salares.

Las lagunas se originan por la dificultad de escurrimiento de las aguas hacia el Pacífico, las que se acumulan durante los meses de verano, por las condiciones climáticas altiplánicas anteriormente mencionadas. Los salares, en tanto, son producto de la percolación de sales en la cordillera de los Andes.

También hay que destacar aguas de escurrimiento superficial, como los manantiales, que permiten la supervivencia de la fauna que habita en el sector y de las asociaciones vegetales que allí se encuentran, como los bofedales.

Acercándonos hacia la costa, es posible encontrar cursos hídricos de breve desarrollo, como los presentes en las quebradas, los que solo en ocasiones llegan al mar; otros se pierden en su camino, producto de la evaporación. No existen ríos con un curso permanente, salvo la presencia por el sur del río más largo de nuestro país, el río Loa.

Biogeografía

Tanto la flora como la fauna de la Región de Tarapacá deben soportar las duras condiciones de vida, desde la falta de agua hasta los problemas de altitud, clima y salinidad de los suelos. Pero, a pesar de situarnos en medio del desierto más árido del planeta, la vida florece y nace, adecuándose y maravillando por su variedad. Podemos identificar, entonces, diferentes ecosistemas, condicionados por las diversas formas del relieve y sus respectivos climas.

Es así como en el litoral existen ecosistemas propios del desierto costero, ricos en vegetación y con un enorme endemismo de especies de flora, que aprovechan la humedad proveniente de la camanchaca.

En la zona de la depresión intermedia, el desierto absoluto hace su aparición con las condiciones extremas que lo caracterizan. En plena pampa del Tamarugal, habitan especies como el Tamarugo (Prosopis tamarugo), el Algarrobo blanco (Prosopis alba), el Retortón (Prosopis strombulifera), la Grama salada (Distichilis spicata) y el Cachiyuyo (Atriplex spp.). Existe, incluso, un ave característica que ronda por el sector, conocida como Comesebo de los tamarugos (Conirostrum tamarugense), que posee un plumaje vistoso y que sortea con éxito las condiciones extremas de su hábitat.

Tanto las quebradas como los oasis son ambientes propicios para el desarrollo de algunas comunidades vegetales y animales.

La flora de ambos ha sido modificada por la acción del hombre; sin embargo, destacan especies arbustivas y herbáceas como la Brea (Tessaria absinthioides), el Suncho (Baccharis juncea), la Cachina (Juntus acutus), la Sosa (Sacocornia fruticosa) y árboles como el Chañar (Geoffroea decorticans).

El altiplano se considera como el área ecológica más rica de la Región de Tarapacá. Ubicado por sobre los 4.000 msnm, posee condiciones de humedad que permiten el florecimiento de diversas especies, entre las que se cuentan la Queñoa (Polylepis tarapacana), la Tola (Baccharis incarum) y Paja brava (Festuca orthophylla).

A gran altura también encontramos el llaretal, cuya principal especie es la Llareta (Azorella compacta), que crece en su mayoría en superficies rocosas. La fauna que domina estos sectores se compone básicamente de roedores, como la Vizcacha (Lagidium viscacia).

Áreas Silvestres Protegidas

En la región, encontramos dos zonas naturales resguardadas por Conaf (Corporación Nacional Forestal) por su importancia y valor ecológico.

Estas son:

Parque Nacional Volcán Isluga

Se ubica a 232 kilómetros al noreste de Iquique, en la provincia del Tamarugal. Fue creado el 3 de enero de 1967, alcanza a 401.135 hectáreas y posee un paisaje característico del altiplano (ubicado a una altitud promedio de 4.000 msnm). Las temperaturas del lugar son extremas; normalmente oscilan entre los 5°C y 10°C, pero se han registrado, incluso, -10ºC.

El parque está formado por planicies y relieves abruptos, donde destacan los cerros Alpajares, Quinsachatas, Llanquipa, de altitudes superiores a los 5.000 msnm. Sin duda, la cumbre de mayor importancia es la que le da el nombre al parque, el volcán Isluga. Este llega a 5.530 msnm y se caracteriza por presentar una cima nevada y con esporádicas fumarolas provenientes de su cráter.

Existen también recursos hídricos que otorgan mayor belleza al sector, como el río Arabilla y lagunas de Arabilla y Parintica.

Un atractivo natural digno de presenciar es el campo geotérmico Puchuldiza, conformado por géiseres y termas, en las que el agua alcanza hasta los 85°C. Las fumarolas se aprecian con mayor notoriedad al amanecer. En invierno, durante los meses más fríos, las aguas se congelan formando algunos bloques de hielo.

El parque, además, posee un invaluable patrimonio arqueológico, encontrándose numerosos rastros de los pueblos prehispánicos que habitaron el sector, tales como cementerios, sectores utilizados para ritos funerarios, pucarás y santuarios.

Forman parte de la vegetación característica de este parque especies como el Chastudo (Oreocereus leucotrichus), la Guacaya (Corryocactus brevistylus), la Paja brava (Festuca ortophylla), la Llareta (Azorella compacta) y la Chachacoma (Senecio nutans). La fauna no es tan variada; destacan la Llama (Lama glama), la Alpaca (Lama pacos), el Zorro culpeo (Pseudalopex culpaeus andinus), el Flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el Kiula (Tinamotis pentlandii), el Huairavo (Nycticorax nycticorax) y la Guallata (Phoenicopterus chilensis).

Reserva Nacional Pampa del Tamarugal

Tres lotes de terreno que conforman la Reserva Nacional Pampa del Tamarugal. Plantaciones y bosques nativos de Tamarugo (Prosopis tamarugo), junto a otras especies, dan un respiro a la aridez del sector. Un bosque en medio del desierto más árido del mundo, que sobrevive gracias a la existencia de una napa freática de aguas salobres.

Creada en 1987, alcanza una superficie total de 100.650 hectáreas y se ubica en la comuna de Pozo Almonte, a unos 1.000 msnm. La pampa del Tamarugal se encuentra emplazada en la depresión intermedia, resguardada por ambas cordilleras.

Su principal atractivo es, sin duda, la vegetación presente en el sector. Existen plantaciones de tamarugos y algarrobos, las que conviven con especies como la Fortuna (Prosopis strombulifera), el Tamarugo argentino (Prosopis burkartii), la Grama salada (Distichlis spicata), la Retama (Cressa cretica), la Pillaya (Atriplex spp) y la Brea (Tessiaria absinthioides).

La fauna del sector no es abundante dada la escasez de agua. Habitan solo algunos roedores como el Tuco tuco del Tamarugal (Ctenomys fulvus robustus), el Ratoncito andino (Abrothrix olivaceus) y el Lauchón orejudo (Phyllotis darwini), mamíferos como el Zorro chilla (Pseudalopex griseus), Culpeo (Pseudalopex culpaeus) y el Quique (Galictis cuja), y aves entre las que destacan la Lechuza blanca (Tyto alba), el Aguilucho (Buteo polyosoma polyosoma) y el Comesebo del Tamarugal (Conirostrum tamarugense)

Un nuevo asentamiento

El 12 de abril de 2004, mediante la ley 19.943, se creaba la comuna de Alto Hospicio. La historia de esta comuna se remonta a sucesivas tomas en este sector, que está solo a 10 km de la ciudad de Iquique. Estas fueron creciendo de manera espontánea y así, campamentos como La Negra, La Pampa y El Boro adquirieron poco a poco relevancia, en terrenos que constituían la única oportunidad de expansión de la ciudad de Iquique.

Fenómenos económicos y espaciales fueron determinantes al momento de una importante migración desde la capital regional. Nuevos sectores comerciales e, incluso, la crisis asiática que afectó a nuestro país durante fines de los noventa confluyeron para que la población se trasladara a los sectores más altos del puerto, dando origen a la nueva comuna.

Lluvias altiplánicas

Entre diciembre y marzo, las condiciones meteorológicas del altiplano difieren enormemente de la estabilidad estival que predomina en el territorio. Durante estos meses, ocurre el llamado invierno altiplánico, que se produce tras la llegada a la zona de considerables masas de aire húmedo, provenientes de la cuenca amazónica.

Esta humedad se condensa formando nubes, lo que provoca lluvias de carácter local o aislado, que se vuelven más intensas y frecuentes después del mediodía.

Extranjeros en la zona

A lo largo de su historia, el puerto de Iquique ha recibido oleadas de inmigrantes extranjeros. Es así como un buen número de ingleses y yugoslavos se asentaron a comienzos de siglo en la región, atraídos por la riqueza del salitre. Hoy solo quedan como rastro los apellidos de sus descendientes, como Yutronic o Luksic.

En la actualidad, el componente extranjero lo explican dos focos. Un considerable grupo proviene de los países limítrofes, existiendo una buena cantidad de bolivianos y peruanos asentados en la zona.

También, atraídos por las oportunidades comerciales, han llegado a la región varios asiáticos, entre los que destacan coreanos, chinos e indios.


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