El neopositivismo fue una corriente filosófica que se desarrolló en Europa y América del Norte a principios del siglo XX. También llamado empirismo lógico, el neopositivismo se caracterizó por su énfasis en la lógica, la razón y la ciencia como medios para obtener el conocimiento verdadero.
De esta manera, el positivismo tuvo un nuevo aire a partir del siglo XX, bajo una actitud contra toda metafísica. Esta corriente sostenía que las afirmaciones que no podían ser comprobadas por la experiencia empírica carecían de sentido.
Por ello, se centró en la elaboración de un lenguaje preciso y riguroso que permitiera la expresión clara y verificable de las afirmaciones. Este lenguaje, conocido como lenguaje lógico, era el único medio válido para expresar afirmaciones verdaderas y significativas.
Existen dos momentos clave del neopositivismo:
El neopositivismo de Wittgenstein
Las tesis principales del neopositivismo vienen dadas por el Tratado lógico filosófico de Ludwig Wittgenstein, discípulo y amigo de Russell. Wittgenstein fue un filósofo, matemático, lingüista y lógico nacionalizado británico.
Esta corriente propone que los juicios lógicos, que manifiesta la lógica del pensamiento de manera concreta en el discurso, son incapaces de proporcionarnos conclusión alguna sobre la realidad. Esto, dicen, solo puede ser estudiada por las ciencias de la naturaleza.
Según Wittgenstein, no es posible hablar con sentido del lenguaje mismo, por lo que resulta imposible el análisis lógico.
Positivismo lógico
Tras el postulado de Wittgenstein, el Círculo de Viena, la Escuela Lógica de Berlín y el Círculo de Varsovia colaboraron en la revista Erkenntnis (Conocimiento) en 1930.
Según los neopositivistas, las leyes de la lógica no representan más que reglas gramaticales.
Sin embargo, contra Wittgenstein, Rudolph Karnap dijo que se puede hablar del idioma con un lenguaje superior, que se llama metalenguaje.
Hoy estas temáticas la aborda la filosofía analítica, la cual se alejó del neopositivismo.
