Las plantas fabrican su alimento por medio de la fotosíntesis, que es el proceso mediante el cual elaboran carbohidratos a partir del anhídrido carbónico, con la ayuda de la luz solar que captan gracias a la clorofila, que generalmente está concentrada en las hojas.
Necesitas:
Lugol, alcohol, hojas de plantas verdes y blancas o amarillas, mechero, alcohol de quemar, encendedor o fósforos, trípode y rejilla, tres recipientes para poner al fuego, uno de mayor tamaño que los otros dos, gotario, dos cápsulas de petri o, en su defecto, un par de platos pequeños, Agua.
Paso 1
Coloca unas hojas verdes en un recipiente con alcohol. En otro, pon agua.
Paso 2
Enciende el mechero. Sobre el trípode coloca el recipiente con agua y dentro de este, el que está con alcohol y las hojas verdes. Este procedimiento es conocido como baño María. El agua impide el contacto directo del fuego con lo que se desea calentar. Debe hervir hasta que la clorofila se desprenda de la hoja. Debe ser de color verde.
Paso 3
Pone a hervir de la misma manera las hojas más claras, blancas o amarillas.
Paso 4
Con el gotario saca unas gotas del extracto de clorofila y ponlas sobre una cápsula de Petri o un platillo. Agrégales una gotita de lugol. Fíjate en lo que sucede.
Paso 5
Haz lo mismo con el líquido resultante del hervor de las hojas claras. Saca un par de gotas y mézclalas con lugol. ¿Qué sucede?
Conclusión
Si te resultó, la mezcla del primer extracto con el lugol te dio un color morado, a diferencia del líquido resultante del hervor de las hojas más claras, que al mezclarse con lugol mantienen el color de este compuesto.
Anteriormente mencionamos que como resultado de la fotosíntesis se producen carbohidratos (glucosa, almidón). Parte de estos también quedaron en el primer extracto, lo que no pasó en el segundo, debido a que, como la presencia de clorofila es mucho menor, también lo es la presencia de almidón.
Así, este experimento nos permite detectar la presencia del almidón, que al entrar en contacto con el lugol da como resultado un color morado. Para corroborarlo, puedes probar con un pedazo de pan, harina o maicena. Todos son carbohidratos, por lo que reaccionarán de la misma manera.