Las condiciones climáticas de las diferentes áreas de la Región de Arica y Parinacota están asociadas directamente con el relieve, la altura y la latitud. De esta manera, se distinguen los siguientes tipos de clima:
– Clima desértico con nublados abundantes: predomina en la zona costera de esta región. Se caracteriza por la niebla conocida como camanchaca, la que se desarrolla en la noche y desaparece en el transcurso de la mañana siguiente.
Esta se forma en sectores situados en el nivel de las nubes, cuando las masas húmedas que vienen desde el mar chocan con la cordillera de la Costa y luego suben de manera brusca, provocando la condensación de la humedad en pequeñas gotas que quedan suspendidas en el aire.
Además, este clima se distingue porque las temperaturas son templadas, con variaciones diarias y estacionales poco marcadas, manteniéndose durante todo el año entre 20 y 25ºC.
Las precipitaciones son casi nulas y la humedad es muy alta.
– Clima desértico normal: se presenta en la depresión intermedia cuando se sobrepasan los 1.000 msnm. Se caracteriza por la presencia de una masa de aire estable y seca, debido al gran nivel de aridez, la ausencia de nubosidad en el cielo durante la mayor parte del año, la baja humedad atmosférica, la falta de precipitaciones y los cambios bruscos de temperatura entre la mínima y la máxima, variando desde los 25ºC en el día a los -15ºC durante la noche.
– Clima desértico marginal de altura: se desarrolla en los sectores cordilleranos andinos, por sobre los 2.000 msnm. En este tipo de clima se presenta una masa de aire inestable, condición que por efecto de la altura desencadena la formación de nubes capaces de producir precipitaciones durante casi todo el año. Estas lluvias ayudan al crecimiento de cierta vegetación , pero no son suficientes para terminar con la condición de aridez de esta zona. La temperatura es relativamente baja (producto de la altitud) y no sobrepasa los 10°C.
– Clima de estepa de altura: predomina en el altiplano sobre los 3.500 msnm. Se caracteriza por temperaturas que no sobrepasan el promedio diario de 5°C, una humedad relativa baja y por precipitaciones que, principalmente, se desarrollan durante la estación de verano. Estas últimas son de origen convectivo y se producen cuando desde la cuenca amazónica avanzan nubes cargadas de humedad que luego suben por el lado oriente de las montañas andinas. Este fenómeno es conocido como invierno boliviano o altiplánico y sus precipitaciones pueden superar los 400 mm cada año.