La biogeografía de Arica y Parinacota se encuentra íntimamente relacionado con las condiciones climáticas y con el relieve de la zona. Además, se caracteriza por presentar un alto porcentaje de especies endémicas.
La escasez de agua, la gran radiación solar y una marcada amplitud térmica determinan el tipo de vegetación que existe en esta región. De hecho, hay especies especialmente adaptadas para soportar la aridez del desierto.
La vegetación, a su vez, determina el tipo de fauna que se desarrolla en este territorio, la que se caracteriza por ser endémica y por la abundancia de especies camélidas.
Biogeografía de Arica y Parinacota
En esta región se reconocen cuatro zonas con flora y fauna bien diferenciadas, que dan vida a la biogeografía de Arica y Parinacota. A continuación, las describiremos brevemente:
– Zona costera: en esta se dan características más favorables para el desarrollo de vegetación, debido a la influencia oceánica. Predominan las hierbas y los pastos que crecen en los períodos de mayor humedad; es decir, en el invierno. Entre las más representativas están los líquenes y varias especies de cactáceas (cactos). También existen algunos matorrales, como la Chilca (Nardophyllum lanatum), y en áreas más secas y arenosas sobreviven algunas gramíneas y pastos salobres.
Entre la fauna que vive en este sector se encuentran el Chungungo (Lontra felina), el Lobo marino de un pelo (Otaria flavescens) y el Zorro culpeo (Pseudalopex culpaeus). Entre las aves están el Pelícano (Pelecanus thagus) y la Gaviota dominicana (Larus dominicanus).
– Cordillera de la Costa: en este relieve se desarrolla una vegetación de arbustos xerofíticos, cactáceas y algunas hierbas que crecen en invierno y verano. Entre las especies más abundantes del primer grupo están el Lechero (Euphorbia lactiflua), la Manzanilla silvestre (Anthemis arvensis) y el Rabo de zorro (Sideritis angustifolia).
Entre las cactáceas destacan el Copao (Eulychnia breviflora), el Quisco (Echinopsis chilensis) y algunos tipos de tunas. Las hierbas más comunes son Lechuga silvestre (Lactuca virosa), la Malvilla (Cristaria aspera) y el Vinagrillo (Oxalis arenaria).
– Pampa (depresión intermedia): debido a la ausencia de precipitaciones, a la extrema sequedad y a las altas temperaturas, en la pampa casi no hay vegetación. Sin embargo, la que existe se adapta perfectamente a estas condiciones, destacándose algunas cactáceas, hierbas y arbustos como el Sandillón de los ratones (Eriosyse redentiophila), la Congonilla (Peperonia doellii), el Cactus candelabro (Browningia candelaris) y la Pata de Guanaco (Calandrinia longiscapa). El árbol más común es el Tamarugo (Prosopis tamarugo).
La fauna también es escasa y solo se pueden ver algunas aves como el Saca tu real (Pyrocephalus rubinus) y la Paloma de alas blancas (Zenaida asiatica).
– Estepa andina: en la zona altiplánica, donde predomina el clima desértico marginal de altura, se desarrolla un tipo de vegetación más densa.
En este lugar, crecen la Llareta (Azorella compacta), la Queñoa (Polylepis spp.), el Chastudo (Oreocereus leucotrichius), la Guacalla (Corryocactus brevistylus) y la Puscaya (Cumulopuntia boliviana).
La fauna típica del altiplano se compone principalmente de camélidos, como la Llama (Lama glama), la Vicuña (Vicugna vicugna), la Alpaca (Vicugna pacos) y el Guanaco (Lama guanicoe). Otros mamíferos que habitan son la Vizcacha (Lagidium viscacia), el Zorro (Vulpes vulpes) y el Quirquincho de la puna (Euphractus nationi). También se pueden ver algunas aves como el Flamenco Andino o Parina grande (Phoenicoparrus andinus), la Parina chica (Phoenicoparrus jamesi), el Flamenco chileno (Phoenicopterus chilensis), el Cóndor (Vultur gryphus), la Tagua gigante (Fulica gigantea), la Guallata andina o Piuquén (Choephaga melanoptera), el Cometocino del norte (Phrygilus atriceps), el Pato puna (Anas puna), la Perdiz de la puna (Tinamotis pentlandii) y el Ñandú (Pterocnemi pennata).
Zonas protegidas
– Parque nacional Lauca: está ubicado en la comuna de Putre y comprende la precordillera y el altiplano del extremo noreste de esta región.
Fue creado en 1965 como reserva nacional para resguardar la flora y la fauna, pero cinco años más tarde pasó a integrar la categoría de parque.
Tiene una superficie de 137.883 hectáreas y está entre los 3.200 y 6.342 msnm. Sus principales atractivos son sus volcanes, de los que algunos llegan a alturas mayores a los 6.000 msnm. Por ejemplo, el Parinacota (6.342 msnm), el Pomerape (6.282 msnm) y el Guallatire (6.060 msnm).
También están las termas Las Cuevas, las lagunas Cotacotani y el lago Chungará.
Su otra gran riqueza es la flora y la fauna. En el área precordillerana crecen bosques de queñoa y, en el altiplano, se aprecian especies vegetales como las llaretas, los chastudos, las guacallas, las pajas bravas, las chilcas, entre otras.
Además, en él habita casi la tercera parte de las aves endémicas chilenas, entre las que se cuentan ñandúes, perdices de la puna, cóndores, blanquillos y patos de la puna y juarjual. También, abundan mamíferos como las vicuñas, las llamas, los guanacos, las vizcachas, los zorros y los pumas.
– Reserva nacional Las Vicuñas: creada en 1983, se sitúa a 230 km de Arica en la comuna de Putre entre los 4.300 a 5.600 msnm. Tiene una superficie de 209.131 hectáreas, su clima es seco y se caracteriza por tener precipitaciones en verano (260 mm de lluvias anuales) y nieve en invierno. Las mayores alturas son los cerros Puquintica (5.780 msnm) y Aritinca (5.999 msnm).
Las especies vegetales que crecen en este lugar son los pajonales, las queñoas, los tolares, las llaretas y las pajas bravas.
La vicuña es el animal más representativo en esta reserva, de ahí su nombre. Pero, además, encontramos alpacas, zorros culpeo, llamas, quirquinchos, chingues real, gatos colocolo y algunas aves como los cóndores, los cuervos del pantano, ñandúes, perdices de la puna y guallatas.