Marlon Brando, Jr. nació un 3 de Abril de 1924 en Omaha, en el estado de Nebraska, siendo bautizado con el nombre de su padre. Su madre era una mujer muy cordial que actuaba en el teatro local, y que despertó el interés del niño por la interpretación. Brando tuvo desde pequeño el don de observar a la gente e imitar sus gestos, lo cual hacía llevándolos al extremo. Fue un adolescente rebelde, y fue expulsado de varios colegios. Su padre lo reprimía por ello, pero le animó a buscar su propio camino. Brando se marchó a Nueva York, donde estudió interpretación primero en la New School y después en el famoso Actor’s Studio.
Terminada su formación, comenzó a trabajar en varios teatros de temporada, hasta que en 1944 consiguió un papel en Broadway. En 1946, y antes de hacerse un nombre en el círculo teatral, llamó la atención en una pequeña obra llamada Truckline Cafe. La actuación de Brando fue realista al punto de que la crítica Pauline Kael llegó a creer que el actor estaba sufriendo un ataque en el escenario. Pocos años después, se convirtió en una estrella del teatro cuando interpretó la obra de Tennessee Williams «Un tranvía llamado deseo», dirigida por Elia Kazan. Brando sabía que Williams estaba realizando entrevistas para elegir los actores para su obra y lo fue a ver, con el resultado de que obtuvo el papel protagonista.
Su primera aparición en el cine la tuvo en 1950 en la película «The Men», una historia sobre veteranos de guerra convertidos en minusválidos. Fiel a su método de analizar los personajes que interpretaba para actuar en consonancia con ellos, Brando pasó un mes en un hospital militar para preparar su papel.
En los primeros años en el cine, Brando manifestó una falta de interés total por las convenciones de la industria cinematográfica, actuando según su propio criterio. Con ello influyó a otros actores como James Dean, Paul Newman, y más tarde también Robert De Niro.
Brando tuvo un éxito mucho mayor cuando actuó en la película de 1951 «Un tranvía llamado deseo», basada en la obra teatral que ya había interpretado. Fue nominado al Oscar como mejor actor principal por esta película, y los tres años siguientes recibió otras tantas nominaciones por su actuación en «Viva Zapata», «Julio César» y «On the Waterfront». Por esta última película Brando ganó el Oscar.
Con base en estos éxitos, la carrera de Brando siguió en ascenso. En los años siguientes intervino en varias películas de géneros diversos, incluida la comedia, como en «La casa de té de la luna de agosto», en la que da vida a un japonés que hace de intérprete para las fuerzas de ocupación americanas. Sin embargo, al final de los años cincuenta sus interpretaciones comenzaron a decaer. Brando parecía haber perdido su fuerza expresiva y las pautas que él mismo había establecido para su trabajo y que le habían dado tan buen resultado.
En los años sesenta la carrera de Brando decayó aún más.
Las cosas cambiaron para Brando cuando se le presentó la oportunidad de interpretar al jefe de una familia mafiosa en «El Padrino», basado en una novela de Mario Puzo. Fue Brando quien insistió en que se hiciera una prueba filmada del personaje interpretado por él, y se ocupó personalmente del maquillaje. El director Francis Ford Coppola quedó impresionado por Brando caracterizado como Vito Corleone y tuvo que luchar por convencer a los productores para que aceptasen a Brando para este papel.
Por esa interpretación Brando consiguió su segundo Oscar. En esta ocasión Brando rechazó el Oscar, la segunda vez en la historia de Hollywood que un actor hacía esto (la primera vez la había rechazado el actor George C. Scott). En lugar de recoger el premio, Brando envió a la ceremonia a una actriz estadounidense de origen indio, que se manifestó en contra del tratamiento que recibía su pueblo en las películas de Hollywood.
Desde entonces la trayectoria de Brando fue muy irregular. Rodó alguna buena película, como «El último tango en París», y participó brevemente en otras simplemente por dinero, como Superman, sus honorarios fueron cuatro millones de dólares por un papel de diez minutos, recibió $250.000 por cada día de trabajo. Ganó fama de actor conflictivo y exigente: por ejemplo, en «Apocalypse Now», película en la cual interpreta al renegado Coronel Kurtz, se negó inicialmente a viajar a Filipinas, a pesar de haber cobrado un adelanto. Cuando el director Francis Ford Coppola logró convencerle, se presentó con la cabeza rasurada y exageradamente gordo, lo que forzó a grabar sus escenas en medio de sombras.
Destaca «Don Juan de Marco», donde interpretó a un psiquiatra que aleccionaba en cuestiones de amor a Johnny Depp, con quien forjó amistad en la vida real.
En 2001 apareció en el videoclip para la canción «You rock my world» de Michael Jackson, como jefe mafioso al estilo de «El Padrino».
Entre 2003 y 2004, poco antes de su muerte y siendo su último trabajo en vida, presto su voz para interpretar nuevamente a Vito Corleone, en los diálogos adicionales incorporados en el videojuego de «El Padrino», publicado (debido a varios retrasos) en 2006, significando un rotundo éxito en ventas
Su vida personal fue tormentosa desde la infancia y ha sido relatada con variable fidelidad en múltiples libros. Se cuenta que su madre era emocionalmente inestable y que el joven Marlon presenció cómo recibía a múltiples hombres que ocasionalmente la maltrataban. Extraordinariamente guapo desde niño, Marlon no asumió bien el efecto que su atractivo causaba en la gente, y algunos testimonios apuntan a que optó desde edad temprana por castigarse físicamente y descuidarse como respuesta a su belleza.
Una vida personal tormentosa
Brando fue expulsado de la Academia Militar de Shattuck a los 17 años por mal comportamiento. Luego de esto, decidió seguir a su hermana Dorothy a Nueva York, para estudiar teatro con Stella Adler, discípula del director ruso Konstantin Stanislavski. El temperamento tormentoso de Brando salió a la luz pública cuando se exhibió la terrible relación que sostenía con su dominante e irritante padre, quien nunca le reconoció sus logros actorales, y que fue muy tensa hasta el final de su vida.
Brando estuvo casado en tres ocasiones y fue padre de nueve niños. Su primer matrimonio con Anna Kashfi fue públicamente tormentoso y duró dos años y el segundo con Movita, ocho. Su tercera esposa fue Tarita, la mujer tahitiana que interpretó a su compañera en «El motín del Bounty». A raíz de esa película Brando se enamoró también de Tahití y adquirió una pequeña isla en el archipiélago, donde vivía cuando sus obligaciones profesionales se lo permitían. Con Tarita también tuvo problemas a pesar de los esfuerzos de Tarita por conservar su matrimonio. Tarita, una vez separada, reveló las intimidades matrimoniales de su fracasado matrimonio, Brando aunque aparentó no dar importancia a lo dicho, nunca se reconcilió.
Participó en muchas actividades en defensa de la situación de los negros afroamericanos y también de la defensa del indio aborigen norteamericano, logrando codearse con Richard Nixon y los Kennedy en algún momento.
En el año 1990 vive una de sus más grandes tragedias personales. El novio de una de sus hijas, Cheyenne, es asesinado en la residencia familiar de Mulholland Drive. La situación se convirtió en un circo mediático cuando a Christian (su hijo primogénito nacido de su primer matrimonio), el mayor de los hijos de Brando, se le acusa de ser el autor material del homicidio. El episodio marca profundamente a su entorno familiar: Christian fue obligado a cumplir seis años de prisión y Cheyenne se suicida cinco años más tarde.
Falleció el 1 de julio de 2004 en Los Ángeles, a los 80 años producto de una fibrosis pulmonar.