Desde el momento en que un niño nace, tiene el oído muy desarrollado. No sólo es capaz de orientarse hacia diferentes sonidos, sino que además puede discriminar entre tonos de diferente volumen y distinguir las palabras de los ruidos producidos por objetos naturales y artificiales.
Los bebés prefieren escuchar las palabras en lugar de otros ruidos o el silencio. Ya desde la primera semana reconoce la voz de su madre.
Es por eso, que hablarles es transmitirles mucho más que palabras. Es brindarles identidad, reconocimiento y entregarles amor de una manera particularmente humana.
Genéticamente, los bebés están preparados para aprender a hablar más de un idioma. Están dotados naturalmente para ello. Su cerebro es sumamente permeable y está «abierto» para descubrir el mundo que lo rodea a medida que se le presente.
Su mundo está mediado por la palabra que más adelante será su principal herramienta de comunicación e interacción.
Aprovechar su edad temprana
Experiencias en distintas partes del mundo, con familias donde la madre habla al niño en un idioma y el padre en otro demuestran que el pequeño incorpora espontáneamente ambas lenguas sin confundir una con otra. El papá le dice algo en inglés; la mamá en español y el niño comprende perfectamente a ambos progenitores sin ser por ello sobre-estimulado. Mucho antes de saber hablar, los bebés son sensibles a las entonaciones propias de cada lengua. Es decir que diferencian dos idiomas por el tipo de “acento” particular de cada uno.
Recientes investigaciones han demostrado que aprender una segunda lengua a edad temprana es beneficioso para el niño ya que su cerebro crece a medida que se producen nuevas conexiones neuronales y que estas dependen en gran medida del tipo de estimulación e información que reciba de su entorno.
Familiarizarlo tempranamente con una segunda lengua favorece su desarrollo intelectual, memoria y concentración, potenciando las capacidades del niño a todo tipo de aprendizaje.
La idea de esta nota no es instar a los padres a que tengan un hijo “superdotado” sino simplemente brindarles información idónea que pueda serles útil para enriquecer las primeras experiencias de vida de su bebé, experiencias que formarán parte de sí para siempre.
Recuerden que cuanto más sepan sobre el desarrollo de su bebé les permitirá estimularlo oportuna y adecuadamente según su etapa de desarrollo y sus necesidades particulares.
