El Teatro Municipal de Santiago fue inaugurado el 17 de septiembre de 1857, durante el gobierno del Presidente Manuel Montt Torres, con la ópera «Ernani» de Giuseppe Verdi, que interpretó una compañía operática italiana, traída especialmente para ese evento.
La función se inició con la interpretación del himno nacional, cantado sobre el escenario por el Intendente de la Región Metropolitana Manuel Talavera Garfias, los Regidores de Santiago, y todos ellos acompañados por un coro de doce voces femeninas.
En esa época también se inauguró el alumbrado eléctrico, por lo que un cartel de la compañía señalaba: «Por ningún motivo deben tocarse las llaves de las luces para prevenir fatales consecuencias«. Otra instrucción de la Intendencia exigía el cumplimiento de un decreto de 1847 que prohibía fumar en la sala.
Además, se dispuso que una vez que saliera el primer actor al escenario, los asistentes se quitaran el sombrero sin excepción alguna, permaneciendo con la cabeza descubierta durante toda la función.
Cuatro años antes, el 7 de enero de 1853, el Ministro del Interior, firmó el Decreto que señalaba su creación y ubicación. El lugar quedó establecido en la calle Agustinas con San Antonio, en el antiguo solar que ocupa la Real Universidad de San Felipe, donde más tarde se imprimió «La Aurora de Chile”».
Esta obra estuvo a cargo del arquitecto Francisco Brunet Debaines y del ingeniero Augusto Charme, quienes contaron con la colaboración, para realizar y terminar el proyecto, del francés Charles Garnier, constructor de la Ópera de París y el Casino de Montecarlo.
A los trece años de su inauguración, al finalizar el Gobierno del Presidente José Joaquín Pérez Mascayano, el 8 de diciembre de 1870, cuando terminaba el concierto de la famosa cantante de ópera Adelina Patti, un incendio destruyó gran parte de este edificio.
En esa época su reconstrucción estuvo a cargo del arquitecto francés Lucien Henault, con la colaboración de los arquitectos Eusebio Chelli, Ricardo Brown y Paul Lathoud. Si bien, estos arquitectos se basaron en los planos primitivos, conservando en líneas generales su primitiva prestancia y estructura, el nuevo edificio sufrió importantes transformaciones.
Luego, durante la administración del Presidente Federico Errázuriz Zañartu, el 16 de julio de 1873, fue nuevamente inaugurado con otra ópera de Giuseppe Verdi, «La Fuerza del Destino». Posteriormente, el edificio sufrió nuevos daños con el terremoto de 1906, lo que obligó a otras transformaciones y arreglos, que estuvieron a cargo del arquitecto Emilio Doyére.
Este edificio que pertenece a la I.Municipalidad de Santiago, está considerado una de las joyas de la capital y de Chile, desde el punto de vista de su estética arquitectónica, conforma una expresión exterior de gratas proporciones que combina con acierto elementos necoclásicos de la Europa del siglo XIX.
Pasaron 117 años de su inauguración inicial, y en 1974, por Decreto Gubernamental, durante la administración del General Augusto Pinochet Ugarte, fue declarado Monumento Nacional.
Grandes cantantes, solistas, directores de orquesta, bailarines, así como conjuntos orquestales o de ballet, se han presentado en el escenario del Teatro Municipal, desde Ana Pavlova hasta Plácido Domingo, por resumir con ellos una lista que sería interminable.
En la actualidad, el teatro ha sido objeto de reformas y adecuaciones para ponerlo al día con los adelantos de la técnica teatral moderna, reacondicionándolo en algunas de sus dependencias, para proporcionar tanto a los artistas como a los técnicos, un medio eficaz que dará expresión lograda y emocionante al milagro del arte, en cualquiera de sus facetas.