Colina, Ñuñoa y Melipilla son los municipios de la Región Metropolitana más eficientes en educación, según los resultados de un estudio del Departamento de Ingeniería Industrial de la U. de Chile.
La investigación buscó determinar aquellas comunas que logran mejores resultados académicos con los insumos que tienen, esto es, dada la vulnerabilidad de los alumnos y su nivel socioeconómico, los recursos financieros que posee el colegio por alumno y la experiencia de los profesores. Como resultados académicos se consideran el rendimiento de los colegios municipales en las pruebas Simce de cuarto básico y segundo medio de 2008 y octavo básico de 2007, la mejora en esas mediciones y la tasa de retención de alumnos. El estudio se realizó entre 199 comunas, que tienen más de tres escuelas a su cargo.
«El estudio buscó determinar el impacto de la gestión de los sostenedores sobre los establecimientos a su cargo», explica Alejandra Mizala, una de las autoras del estudio, junto con Carla Benedetti.
Para ello se agrupó a los municipios en tres grupos: los de alta eficiencia, los de eficiencia media y los de baja eficiencia. El primero reúne a los municipios que logran que más de la mitad de sus escuelas estén entre las de mejores resultados con los recursos que tienen. De las 199 comunas estudiadas, sólo 57 (29%) están en esa categoría.
En el segundo grupo, figuran los municipios cuyos colegios son medianamente eficientes. Y es integrado por el 49% de las comunas estudiadas. Entre ellas, Pudahuel, Las Condes y La Florida.
En el tercer grupo, se ubican comunas donde más del 50% de sus escuelas son poco eficientes. Son el 22% del grupo y entre ellos, están La Reina, Lo Barnechea y Macul.
«Ello no significa que los resultados de esas comunas en el Simce sean bajos en términos absolutos, sino que, dado los recursos que poseen deberían tener mejores resultados», dice Mizala.
La receta: directivos
Colina y Ñuñoa tienen realidades muy distintas. En la primera, la población tiene nueve años de escolaridad; en la segunda, es de 13 años. En Colina, el 87% de los alumnos es vulnerable y en Ñuñoa, el 74%.
Sin embargo, ambos coinciden en un aspecto de la gestión escolar: le han dado a los directores de sus colegios, autonomía para tomar decisiones tan trascendentales como la elección de los profesores que ejercerán en el colegio.
Según diversos estudios internacionales, el liderazgo de los directores es crucial en los resultados de aprendizaje de las escuelas.
Y en Ñuñoa y Colina lo han entendido así. «Tradicionalmente el municipio es el que resuelve todo, y el principal argumento de un director para el mal rendimiento del colegio es que los profesores que les manda la corporación no están preparados», dice el director de Educación de Ñuñoa, Raúl Fernández.
Por eso, desde hace ocho años se decidió que cada director de escuela sea el gestor del proyecto educativo de su colegio. El decide a quién va a contratar -lo que sucede sólo en el 4% de los municipios, según un estudio de la UC- e, incluso, elabora su propio presupuesto. Cada escuela tiene su centro de costos y luego debe rendir cuentas por la utilización de los recursos.
En Colina, el alcalde, Mario Olavarría, explica las medidas que se han tomado para reforzar el liderazgo de los directores: «Ellos deciden cómo y cuándo capacitar y pueden disponer y sacar gente».
Algo que espera también lograr la municipalidad de Melipilla, gracias a una alianza con Educación 2020, según explicó el director de educación, Omar Farías.
La idea es que el 25% de los dineros de la ley de subvención preferencial sea de libre uso por los directores. Y que en mayo de 2011, la cifra llegue a más del 50%. También se llamará a concurso para llenar los cargos de directiores en noviembre. Además se busca que los colegios rindan cuentas de sus platas.