Cualquier momento es bueno para aprender. Los escolares de vacaciones de verano y las fiestas de fin de año serían una combinación ideal para fomentar el aprendizaje por medio de actividades divertidas, según explicó la psicopedagoga de la Universidad Andrés Bello, Paola Siña.
Para esto, explicó la especialista, los padres deben planificar situaciones entretenidas que permitan que estos aprendizajes resulten significativos y de esa manera queden guardados para siempre en la memoria de los menores.
“Por ejemplo, la clásica escritura de la carta al viejito pascuero, puede ser una instancia ideal para practicar la caligrafía, producción de textos, creatividad, entre otras. Lo mismo se puede realizar pidiendo deseos al niño Jesús”, recomendó.
Otra de las actividades para aprovechar las fiestas y aprender es escuchar y repetir canciones o villancicos de navidad. Con esto “se promueve el desarrollo de la capacidad auditiva, la atención, la comprensión y lógicamente la memoria”, explicó Siña.
Ahora si la idea es que el niño aprenda y comparta con otros escolares de sus edad, es recomendable, sugirió la psicopedagoga, inscribirlo en talleres de manualidades de navidad, por ejemplo. “También se pueden realizar esas instancias en casa con los amigos del barrio o con primos, y de esa manera, desarrollar habilidades psicomotoras, habilidades sociales y cognitivas”.
Incluso cocinando se puede aprender sobre matemáticas: elaborando recetas de cocina, contando cuantas papas o tomates se necesitan, sumando ingredientes, entre otros.
“Los niños más grandes pueden ayudar a realizar los listados de las compras en el supermercado para las cenas de navidad y año nuevo. Se puede además, hacer actividades tales como: confeccionar la lista dictada por los padres, ir sumando mentalmente los precios de los productos para saber cuánto se va gastando, (sumar, multiplicar) y organizar los productos por categorías”, aconsejó Siña.
