El patrimonio es definido como «bienes», pero la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura los define como elementos de riqueza natural y cultural que pertenecen a toda la humanidad y que otorgan sentido a la identidad de las naciones y las personas, algunas clasificaciones los separan entre patrimonio material (lo que se puede palpar, como la naturaleza) e inmaterial (lo que no se puede palpar, como las lenguas originarias).
Dentro del patrimonio material, existe el patrimonio Natural, que es aquel que surge de la naturaleza misma y que otorgan identidad y pertenencia a un paisaje, por ser único, por ejemplo en Chile un patrimonio Natural seria las Torres del Paine, pues ningún lugar del mundo hay un paisaje que se le parezca, por lo cual debe ser cuidado como un bien preciado, pues dañarlo perjudicaría a toda la humanidad.
De igual forma, existe el patrimonio Cultural, que es aquel que los seres humanos construyen y que contiene significado e intensión, por ejemplo en el caso de una familia su hogar es un patrimonio, por tanto es un bien que tiene un valor incalculable, pues tiene sus colores, olores y sonidos, que no se repiten en otro lugar, y eso ha sido construcción de quienes lo habitan.
Las construcciones humanas van desde grandes esculturas para simbolizar héroes, plazas llenas de recuerdos de la historia, así como también pequeñas plazas de barrio, llenas de columpios que han usado padres, hijos y nietos, esos objetos tienen un valor incalculable, pues tienen recuerdos de tres generaciones y de todo un barrio, por lo cual serán cuidados y bien mantenidos por la gente que conozca su historia y que sea parte de ella.
Las fotografías de tu familia, tus juguetes, tus dibujos, tu primera ropa, son patrimonio tuyo y de tu familia, cada bien trae un recuerdo de tiempos pasados y presentes, por eso los cuidamos y no nos deshacemos de ellos.
La familia, la diversidad, la amistad también son parte de la humanidad, pues nos dan identidad, afecto y alegrías. La diversidad mundial ha sido reconocida como un bien incalculable, y fundamental para las personas, se debe cuidar como lo más preciado que tenemos y eso significa que debemos dejar la discriminación atrás, pues la diferencia produce diversidad de creación, de pensamiento y de ideas, y eso no hace más que enriquecer lo que somos.