Los organismos sexuales (que poseen diferencias entre machos y hembras) llevan a cabo un tipo de reproducción sexuada, que tendrá como resultado un organismo que contenga material genético tanto del macho como de la hembra. Para que esto sea posible, es necesario que se lleve a cabo un proceso que permita dividir a la mitad el material genético presente en las células de los progenitores. En el macho ocurre en los testículos (gónadas masculinas). Estas estructuras son complejas y poseen funciones específicas que se relacionan tanto con la liberación de hormonas como con la producción de espermatozoides.
Al proceso de generación de estas células especializadas se denomina, espermatogénesis, el que permitirá la formación de los espermios. Este proceso se puede dividir en 3 etapas:
a. Multiplicación: Es cuando las células iniciales (espermatogonios) que se encuentran en los testículos se comienzan a multiplicar en grandes cantidades.
b. Crecimiento: en este caso las células originadas de la etapa de multiplicación denominada, espermatocito de primer orden comienza a realizar el proceso de la primera división celular.
c. Maduración: Las células originadas de la primera división celular (espermatocitos de segundo orden) comenzarán la segunda división celular, dando como resultado a las espermátidas. Estas células tendrán la mitad de material genético en comparación a las células de un inicio (espermatogonios).
Para finalizar la producción de espermatozoides, la espermátidas deben pasar por un proceso adicional, el incluye la pérdida de gran cantidad de citoplasma y la generación de un flagelo que será útil para la locomoción del espermatozoide.
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