Los textos escritos no son solo letras desparramadas en un papel blanco, ¡claro que no! Tampoco son frases reunidas al azar, ni la mezcla de algunas ideas que sobraron de otros textos.
Un texto escrito es un todo organizado, que tiene una intensión clara y determinada: COMUNICAR.
Pero ¿qué nos quiere comunicar?
Averiguar eso es misión de los lectores, pues todo texto escrito ha nacido para un lector, ese el personaje más importante de la escritura. Claro que no hay textos sin autores que los escriban, pero ¿qué sería de los mensajes que viven en los textos si no existiera un lector que los comprenda?
Pues bien, declarado ya el necesario protagonismo del lector, procedamos a definir el decálogo de sus responsabilidades:
1. Un buen lector tiene la obligación de saber leer, y si aún no ha aprendido, pues deberá contar con alguien que lea para él o ella, mientras aprende.
2. Un buen lector debe tener un texto que leer, y si no lo tiene debe saber dónde conseguirlo.
3. Un buen lector debe ser capaz de descubrir qué es lo que el texto quiere comunicarle, lo que no es tan difícil si se procede a interrogar al texto.
4. Un buen lector debe practicar las artes de la buena lectura: concentración, fluidez e imaginación.
5. Un buen lector debe tener siempre un texto a mano pues cualquier momento puede ser el indicado para leer.
6. Un buen lector debe querer conocer a los personajes de los textos que está leyendo.
7. Un buen lector debe saber extraer la información importante del texto que está leyendo, para poder responder las preguntas acerca de los personajes, acciones, época y lugar del texto.
8. Un buen lector debe siempre poner atención en la información que presenta el texto pues esa es su única y principal fuente de información.
9. Un buen lector debe poder contarle a otra persona de qué se trata lo que ha leído, lo entretenido que ha sido leer y qué es lo que hay que hacer para llegar a ser un buen lector a fin de convencerlo de que se transforme en uno.
10. Un buen lector debe sentirse orgulloso de ser un buen lector.
He aquí un primer texto a modo de precalentamiento pues si llevas a cabo bien este primer ejercicio, seguro te trasformaras en todo un atleta de la lectura.
EL PIRATA PIRATÓN
(Escrito por Ángela Figuera Aymerich extraído de Cuentos tontos para niños listos)
En todo el mundo, no creo
que hubo un pirata más feo.
Le faltaban media oreja,
siete dientes y una ceja.
Estaba tuerto de un ojo;
el otro se le torcía,
y era tan cojo, tan cojo,
y era tan malo, tan malo,
que tenía… -¿Qué tenía?
¡Las cuatro patas de palo!
*Si te interesa conocer otros cuentos tontos para niños listos, que te pueden servir para seguir ejercitando, visita: http://www.elhuevodechocolate.com/cuentos/cuento60.htm