Invitamos a los docentes a reflexionar, en torno a cómo desplegar los contenidos en geografía, y de qué forma se cimentan y usan los conceptos. Algunos autores especifican tres tipos de conceptualizaciones, en primer lugar aquellos que proceden de la observación, en segundo lugar los que se constituyen por la definición de variables abstractas y un tercer conjunto llamados estructurantes o procesos de construcción conceptual, que implican un mayor trabajo didáctico.
Los de primera categoría, son los conceptos geográficos que se definen por observación empírica. Ejemplos serían rio, montaña, valle; insolación, calor, lluvia. Es decir, los estudiantes pueden observar un rio, pero es más complejo observar las desiguales formas que manifiestan estos. Esta clasificación de los conceptos por observación es muy oportuna si intentamos realizar una enseñanza apropiada para un aprendizaje eficaz; o sea, si queremos que el alumno aprenda a observar. Si le ilustramos a desmontar los elementos que componen un río (afluentes, desembocadura, cauce, caudal), podrá llegar a entender otros conceptos descriptivos más complejos, como cuenca hidrográfica.
Paralelo a dicho proceso, es posible conceptuar y abstraer los hechos, que es más complicado cuando las definiciones implican la relación de dos o más elementos. Son los denominados conceptos por definición. Es el caso de ejemplos como: relieve (que implica montañas, valles, estructuras geomorfológicas) clima (precipitaciones, presiones, vientos). Por eso, el aprendizaje de estos conceptos dependiendo de algunos autores o no se puede realizar en la educación primaria o envolvería un esfuerzo mayor de abstracción e implicaría un aprendizaje mecánico y no comprensible.
Por último, para explicar en geografía se disponen unos conceptos que son estructuras o sistemas conceptuales. De ellos, algunos ejemplos son localización, lugar, interacción, paisaje, territorio, región. Estos conceptos suponen una teoría en tanto que suponen la explicación con otros conceptos, datos y hechos. Así, la localización es el proceso que explica los motivos por los cuales las personas y objetos ocupan una determinada posición en el espacio y no otra.
En efecto, los conceptos estructurantes, suponen una manera de explicar y construir conceptos más sencillos. Así, existiría una primera etapa que él denomina descripción cognoscitiva, que consiste en la recogida, clasificación y ordenación de los datos, que está determinada por la selección del problema y su delimitación territorial. En este sentido, la explicación geográfica está estrechamente vinculada con la percepción y observación geográfica, pues se trata de que nuestros estudiantes diferencien, más allá de lo indudable.