La comunicación no verbal es todo un arte que está presente en más partes de las que imaginamos.
Analiza esta escena: Vas camino a tu casa y sebes al metro con los audífonos puestos. Escuchas buena música, frente a ti un grupo de chicos y chicas conversan animosamente.
Comienzas a observarlos: notas que es una conversación muy amena, ríen y se miran a los ojos, prestando mucha atención lo que el otro dice.
De pronto uno de ellos te hace señas, indicando su muñeca; gesto que se interpreta como que necesitaba ver la hora. Miras tu teléfono para ver la hora y levantas cuatro dedos de la mano derecha, para indicarle que son las cuatro en punto.
El joven levanta su dedo pulgar, esboza una sonrisa, junta las palmas de sus manos e inclina su cabeza en gesto de agradecimiento.
Ese es solo un ejemplo del poder de la comunicación no verbal. Un tipo de comunicación que, según estudios, representa un 70% de lo que comunicamos a otros, ya que apenas un 30% es específicamente lenguaje hablado.
Es decir, cuando mantenemos una comunicación con una persona, están operando muchos códigos, algunos de ellos verbales y otros los denominados no verbales.
¿Qué es el lenguaje no verbal?
Gestos, posturas corporales, movimientos, desplazamientos, actitudes, entre otros, forman parte del lenguaje no verbal.
Por ejemplo, es posible que en tu familia fluya muchísima información de tipo no verbal cuando interpretamos el gesto o la actitud de nuestra madre al darnos una orden.
Dependiendo de ese gesto dependerá seguramente la celeridad con que responderemos al mandato.
Si el gesto de nuestra madre es de enojo lo sabremos sin necesidad de que ella nos lo diga, a su vez si ella tiene una actitud tranquila y relajada, eso será parte de la información que entrega el mensaje.
Gestos universales
Existen una serie de gestos que son universales como por ejemplo: la sonrisa como signo de felicidad, el ceño fruncido como signo de enojo. También la mirada baja significa sometimiento o tristeza, la faz sonrojada como signo de vergüenza, entre otros.
Estos gestos son casi inevitables ya que son producto de las emociones que conllevan las situaciones que vivimos día a día, y nos acompañan desde que nacemos ya que son reacciones innatas del ser humano.
Intentemos observar los gestos y actitudes definiendo qué es lo que nos comunica.
Pongamos atención en nuestros propios gestos y actitudes y las de nuestro interlocutor, ya que para mantener una comunicación fluida y que nos conduzca a relaciones sanas y felices es necesario estar comunicados, y ya sabemos que lo verbal es importante, pero hay otro mundo muy sutil esperándonos para descubrirlo.