Para conocer la historia del termómetro digital, hay que remontarse a la vida del físico y astrónomo italiano Galileo Galilei, cerca del año 1592. Aunque su invento no medía con precisión las escalas de temperatura, el instrumento construido en base a un tubo de vidrio relleno de aire y una gota de alcohol coloreado en su tope, sí reconocía las variaciones de calor o frío.
No fue hacia 1667 que otros inventores, basados en el instrumento de Galilei, modificaron el aire por alcohol, lo que posteriormente llevó a que, en 1680 un inventor utilizara mercurio en vez de los líquidos empleados a esa fecha. Este invento en base a mercurio se mantiene vigente hasta nuestros tiempos.
Cómo funciona un termómetro digital y análogo
Cuando un cuerpo se encuentra caliente, decimos que ganó temperatura. En cambio, si un cuerpo se encuentra frío, diremos que perdió temperatura. En ambos casos, para dejar atrás la teoría y comprobar la ocurrencia del cambio de temperatura, se utiliza un termómetro para conocer estas variaciones calóricas.
¿Cómo funciona un termómetro? Los termómetros análogos se elaboran en base a un tubo de vidrio delgado que en su interior contienen el metal líquido mercurio.
Cuando el mercurio gana temperatura, sufre dilatación; es decir, aumenta su volumen, por lo que crece la columna líquidas que se ubica dentro del tubo de vidrio.
Si un termómetro o ampolla con mercurio se pone directamente en una cubeta con hielo, el instrumento marcará 0° C, que es la temperatura en que el agua se convierte en hielo.
En cambio, si el mismo aparato se posiciona dentro de una olla con agua hirviendo, el mercurio se dilatará hasta llega a los 100° C, temperatura en que el agua se convierte en vapor.
Año de creación
¿En qué año se creó el termómetro digital? Fue en el año 1866, cuando el médico británico Thomas Clifford Allbutt, desarrolla y lanza el primer termómetro clínico del mundo.
En su primera etapa, el dispositivo medía aproximadamente 15 cm de largo y era capaz de detectar la temperatura de un paciente recién a los 20 minutos.
Con el paso de los años, este invento tuvo una segunda vida. Así surgió el termómetro digital que hoy conocemos. Y fue 1973 el año en que la oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos concedió la patente definitiva a Fritz Kurt Mueller, Billy Otis Martin, James Parker Chandler y Robert Cherry Martin.
A diferencia de lo que antes se conocía, este invento estaba adaptado con una sonda que medía la temperatura de los pacientes. Asimismo, poseía un sistema electrónico que calentaba al aparato y un indicador de temperatura que entregaba sus resultados en cuestión de segundos.