El origen de la vida en la Tierra está en el agua. Está científicamente comprobado que la vida comenzó en el agua hace unos 3.500 millones de años, cuando diminutos organismos, acaso muy similares a algunas de la actuales bacterias, adquirieron por primera vez ese soplo vital que aún los científicos se esmeran en desentrañar.
Durante millones de años, la vida animal y vegetal permaneció circunscrita al agua. Tal es la relevancia de este elemento que investigadores del Centro Nacional de Investigación Científica Francés (CNRS) publicaron en 2022 un estudio revelando que el agua de la Tierra existía desde antes que se formara el planeta.
En el agua las distintas especies vivas encontraron todos los elementos que necesitaba: minerales y anhídrido carbónico para las plantas que, a su vez, proporcionaron a los animales sustancias nutritivas y oxígeno en abundancia.
Como podemos ver, el propio planeta Tierra y la vida que se encuentra en él son el fruto de una larga historia que a todos apasiona.
Agua: El origen de la vida
Más de un millón de clases diferentes de animales y unas trescientas mil clases de plantas pueblan la tierra. Esta impresionante variedad demuestra que los seres vivos son capaces de adaptarse a los más diferentes lugares.
Las aguas que originaron la vida cubren prácticamente el 70% del planeta. En los océanos, mares, ríos, canales, acequias, charcos, entre otros, encuentran su hogar millones de organismos tan pequeños que solo pueden verse con microscopio y otros tan grandes que su tamaño no es alcanzado por ningún otro animal de la Tierra (la ballena, por ejemplo).
Los seres microscópicos ganan en número lo que no tienen en tamaño y, a la vez, sirven de alimento a muchos animales que llenan de vida las aguas. En resumen, la fuente de la vida en la Tierra es el agua.
Vida en la Tierra: Del agua a suelo firme
Después de vivir millones de años en el agua, muchos seres vivos se trasladaron a la tierra y se establecieron allí. Todas las zonas con condiciones apropiadas para la vida fueron colonizadas por ellos. Desde el agua, comenzó a surgir la vida en la tierra.
Al principio, la superficie seca de nuestro planeta era rocosa, pero poco a poco esas rocas fueron descomponiéndose y se transformaron en arena, arcilla, sedimentos, minerales disueltos, entre otros.
De esta manera fue formándose el suelo donde echaron raíces y donde también crecen las plantas.
Los animales y las plantas se multiplicaron. Cada uno de ellos, cuando llegaba su momento, moría, pero sus descendientes continuaban la especie. También muchas especies desaparecieron, pero otras ocuparon su lugar. De esta manera, la corriente de la vida llegó hasta nosotros.
Nuevamente, en nuestro relato, aparece la acción destructora del hombre. Se estima que desde 1600 a la fecha, casi un centenar de especies de mamíferos diferentes y 94 especies de aves han desaparecido por culpa del hombre. Este mata a los animales para obtener alimentos, por sus pieles, su grasa y sus huesos. También mata por deporte.
En otras ocasiones, el hombre pone en peligro, tal vez sin proponérselo, la vida de los animales al talar árboles y destrozar terrenos en estado silvestre, con lo que destruye el hábitat de muchos de ellos.
Cuando esto sucede, es posible que el animal no esté en condiciones de vivir en ninguna otra parte y muera.