La búsqueda de donadores histocompatibles es muchas veces dramática. Sobre todo porque constituye la única probabilidad de realizar un trasplante alogénico, que corresponde a la donación de células madre sanas obtenidas de la sangre o la médula ósea de un donante emparentado con el afectado.
Habitualmente nosotros heredamos un cromosoma 6 de la madre y un cromosoma 6 del padre, por lo tanto la posibilidad de tener los dos cromosomas 6 iguales se da solamente en los hermanos.
Por ley de genética simple, la igualdad de que hablamos se da en uno de cada 4 hermanos. Pero ya que esto es un simple cálculo matemático, uno puede tener cuatro hermanos y es posible que ninguno de sea donante histocompatible, o tener un solo hermano y que sea histocompatible.
Donadores histocompatibles
Solucionado el problema de los donadores histocompatibles, la persona afectada ingresa al quirófano y allí, bajo anestesia y con una aguja especial, se le punciona la médula generalmente de los huesos de la región pelviana.
Es un procedimiento simple, el líquido sale como una sustancia parecida a la sangre con unos gránulos de grasita y se acumula en una bolsa parecida a la que utilizan para almacenar sangre.
La cantidad de médula ósea que se extrae es de medio a tres cuartos de litro. Luego el líquido se le trasfunde, por la vena, al receptor.
Donar: inyección de vida
El líquido que el paciente ha recibido en su torrente sanguíneo transporta a las células madres. Las troncales, aquellas que con su totipotencialidad saben cómo llegar a la médula ósea del paciente, anidar allí y comenzar a multiplicarse, dándole nuevas fuerzas y, quizás, la salud.
Para que este proceso pueda llevarse a cabo, es necesario que en el cuerpo del receptor exista espacio para la médula injertada, y ese lugar se obtiene mediante un condicionamiento del receptor.
Este condicionamiento se logra eliminándole su propia médula con un pequeño bombardeo, ya sea de drogas o de radiación, o ambos elementos.
Pero además de la necesidad de espacio, la eliminación de la médula del paciente garantiza que éste recibirá la nueva médula sin rechazarla.
Esto es fácilmente comprensible si recordamos que en el tejido de la médula ósea están los linfocitos, los cuales son el elemento inmunocompetente que reconoce a la célula ajena y la eliminan. Entonces si el paciente no elimina su médula, rechaza a la nueva.