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LA TERCERA. 10 de diciembre de 2006.
Por : Elizabeth Simonsen

Una de las frases más repetidas y temidas por los jóvenes es que los universitarios en Chile cada día ganarán menos. El exceso de profesionales, las dificultades para encontrar trabajo y la competencia entre los titulados son los fantasmas que rondan a las nuevas generaciones.

Sin embargo, un estudio que se dará a conocer esta semana derriba estos mitos. Según los investigadores Juan Pablo Valenzuela y Osvaldo Lagarrañaga, del Instituto de Educación y la Facultad de Economía de la Universidad de Chile, respectivamente, señalan que contar con una carrera universitaria sigue siendo el proyecto más rentable para los jóvenes y, más aún, el “retorno” en sus ingresos ha crecido hasta un 17% más durante la última década. En otras palabras: el mercado otorga hoy cada vez más valor a quienes tienen un cartón universitario.

Los economistas analizaron lo sucedido con los salarios entre 1990 y 2003 de acuerdo al nivel educacional de los chilenos, y la forma en que la educación ha impactado en la distribución de los ingresos. Si ya en los 80 completar una carrera universitaria se traducía en mejores remuneraciones que ingresar al mercado laboral con solo enseñanza media -dejando atrás lo que ocurría en los años 60, cuando casi no existía diferencia- hoy las distancias en ingresos entre ambos se han agudizado. Mientras la ganancia para un titulado en 1990 era 160% más alta que para un graduado de secundaria, hoy esa distancia llega a 175%.

Aún más, el mercado está castigando severamente a quienes no tienen la posibilidad de acceder a estudios universitarios. A principios de la década pasada, la rentabilidad para una mujer que comenzaba a trabajar con sólo educación media era del 72%, en la actualidad es de sólo un 60%.

Precisamente son las mujeres quienes han visto aumentar más la rentabilidad de cursar una carrera universitaria: entre 1990 y hoy el retorno sobre sus ingresos se incrementó en un 17% frente al 10% que experimentaron los hombres. Pero para ellas también se ha devalorizado tener educación universitaria incompleta o bien contar con un título de un instituto profesional.

Salarios versus educación

El estudio de Valenzuela y Larrañaga será presentado en un taller internacional, organizado por el BID y el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, que se realizará a contar de mañana, con el fin de analizar las causas en la desigualdad en la distribución del ingreso en el país.

Uno de los antecedentes del análisis indica que los salarios reales han aumentado en un 43% entre 1990 y 2003, pero que dicho incremento es sustancialmente distinto de acuerdo al nivel educacional de los chilenos. Mientras los trabajadores que cuentan con un título universitario experimentaron un crecimiento de casi 60% en sus remuneraciones durante esta década y media, para los egresados de la enseñanza media este aumento alcanza a sólo 20%. Con los otros niveles educacionales ocurre algo similar: los sueldos de quienes tienen educación básica crecieron 16%, aumentaron 22% para quienes no terminaron la educación superior y 30% en el caso de quienes cuentan solo con un título técnico.

Según los economistas, hasta hoy la educación es uno de los factores que más ha impactado negativamente en la distribución de ingresos en el país, en la medida que aumenta la brecha salarial entre trabajadores con mayor y menor calificación. “El premio que otorga el mercado a la educación superior está subiendo, pero como hasta ahora se ha concentrado en los grupos de mayores ingresos, es uno de los factores que más impacta negativamente en la distribución del ingreso”, dice Valenzuela.

Sin embargo, se trata de una situación que debería cambiar en los próximos años.

El incremento en la cobertura de la escolaridad y la masificación de la educación superior debería ser un factor que tienda disminuir la desigualdad: en la medida que suba el nivel de calificación de los trabajadores, las diferencias salariales disminuirán junto con las tasas de retorno. Pero esto, dicen los investigadores, es un proceso lento, que aún no se refleja en la cifras.

El “retorno” de la inversión universitaria

El retorno es un concepto económico que considera los costos que implica invertir en un proyecto determinado versus las ganancias.
En este caso, la inversión en una carrera universitaria conlleva el dinero que se gasta y lo que se deja de percibir durante los años en que se posterga el ingreso al mercado laboral. Si los salarios que se perciben a cabo de ciertos años de trabajo compensan lo invertido, implica que se trata de una “buena inversión”.


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