La forma de las nubes varía al igual que su textura, dependiendo del calor que las impulse, la composición atmosférica y el viento que las empuje determinando su altura.
Principales tipos de nubes
Cirros: son nubes con forma de pequeños filamentos y aspecto sedoso; normalmente están a gran altura.
Cirroestratos: es una nube blanquecina, casi transparente y muy fibrosa, que generalmente origina halos alrededor del Sol o de la Luna.
Cirrocúmulos: la nube tiene una forma de fina lámina ondulada o como una pequeña mancha.
Altoestratos: es una nube gris de aspecto estriado, normalmente muy fina, pero que puede llegar a cubrir el cielo completamente.
Altocúmulos: también es gris, pero puede ser blanca en ocasiones. Su forma asemeja láminas o manchas, a menudo en masas redondeadas.
Nimboestratos: es una nube densa, relativamente oscura que tapa al Sol y puede producir lluvia o nieve.
Estratocúmulos: es una capa gris o blanca con áreas oscuras que se presentan generalmente en ondulaciones y masas redondas.
Estratos: es una nube uniforme, gris y a baja altura. Es capaz de tapar las cumbres de las montañas y con frecuencia causa lluvia o nieve.
Cúmulos: nube suelta en forma de cúpula, muy parecida a un montón de algodón.
Cúmulonimbos: es una nube muy densa en forma de montaña y su base es oscura. Es el típico nubarrón que produce tormentas eléctricas.