La sequedad en el norte y centro de la península de Arabia imposibilitó el desarrollo agrícola (salvo en los oasis) y el sedentarismo.
Sus habitantes o nizaríes, más conocidos como beduinos, se agrupaban en tribus nómadas independientes, que eran dirigidas por un jeque.
En la región de Hiyaz, la ruta de las caravanas de comerciantes entre la India y Europa pasaba por algunos oasis, donde surgieron ciudades como Yatrib (que después sería Medina) y La Meca.
El resto de los árabes, los yemeníes, vivían en el sur de Arabia, donde los vientos monzones procedentes del océano Índico favorecían la agricultura y la vida sedentaria. Allí surgieron las culturas del reino de Mineo (500 a.C.) y la del reino de Saba(siglo X a.C.).
En el norte, en cambio, la sociedad seguía siendo, fundamentalmente, tribal y nómada. Estos grupos se enfrentaban continuamente y carecían de una organización política.
Hacia fines del siglo V d.C. hubo un intento fallido de unificación de las tribus del centro de Arabia en el Reino de Kinda.
El profeta
Según la tradición musulmana, cuando Mahoma (570-632 d.C.) tenía unos 40 años, se le apareció el arcángel Gabriel y supo que Alá lo había elegido para ser su enviado y predicar su palabra. Las revelaciones que se le hicieron quedaron registradas en el Corán.
Hasta ese momento, los árabes eran politeístas. Alá era el señor del templo, es decir, de la Kaaba de La Meca, pero desde el siglo IV había perdido preponderancia.
Ante el rechazo a su prédica, Mahoma huyó de La Meca, su ciudad natal, que era pagana o politeísta, y emigró a Medina. Este hecho se denomina «Hégira», y señala el punto de partida de la era islámica en septiembre del año 622.
En Medina, Mahoma se convirtió en el líder religioso y político de sus seguidores y sustituyó a las antiguas organizaciones tribales por la comunidad de creyentes.
Hubo varios enfrentamientos entre los ciudadanos de Medina y La Meca, pero estos últimos siempre perdieron. El prestigio de Mahoma fue creciendo y tras una campaña de expulsión de los judíos de Medina, se adueñó de la ciudad y, en el 630, las fuerzas de Mahoma conquistaron La Meca.
La expansión del Islam continuó, y antes de su muerte, en el 632, Mahoma se había impuesto en gran parte de Arabia.
Los sucesores
Como Mahoma no tuvo hijos ni dispuso a ningún sucesor, se produjo una crisis política que se resolvió con la elección de su suegro, Abú Bakr, como el primer califa árabe. Este fue sucedido por Omar (‘Umar), que fue asesinado en el año 644.
Luego, asumió Osmán (Uthman), de la dinastía Omeya, que fue califa hasta el 656, cuando también fue asesinado. Entonces, asumió Alí ibn Abu Talib, o simplemente Alí, el primo y yerno de Mahoma, fundador de la rama chiíta del Islam.
Estos cuatro califas iniciaron la expansión del Islam, su principal objetivo era predicar y propagar su fe. Primero establecieron su dominio en Arabia, y después conquistaron Siria, Mesopotamia, Persia, Egipto y Cirenaica -región situada en la costa noreste de lo que hoy es Libia, en el norte de África. Además, hubo campañas a Asia Menor, las islas del mar Egeo y Armenia.
Los Omeya
Esta dinastía de califas se inició en el 661, con Muawiya I, y finalizó en el año 750. Trasladaron la capital del imperio de Medina a Damasco -actual capital de Siria- y fueron quienes consiguieron la mayor extensión del imperio Árabe.
Primero conquistaron Tripolitania -región del noroeste de la actual Libia- y Magreb -región del norte de África, que comprende los actuales países de Marruecos, Túnez y Argelia. La sumisión del norte de África se consiguió entre los años 697 y el 707.
En Europa, las fuerzas de Tarik vencieron a los visigodos en la península Ibérica y llegaron hasta Francia, donde fueron detenidos en la batalla de Poitiers por Carlos Martel, en el 732.
Por el este, lograron dominar Persia -actual Irán, Afganistán, el Turquestán -región de Asia Central, que hoy comprende a Uzbekistán, Kazajstán, Kirguistán Turkmenistán y Tayikistán- y en el norte de India, llegaron hasta las regiones de Sind, Punjab y Ode. Con estas anexiones territoriales, el Islam se había extendido desde la frontera oeste de China hasta el océano Atlántico.
Los Omeyas establecieron una verdadera realeza, la antigua organización tribal pasó a ser una monarquía centralizada. Rompiendo con la tradición de los primeros sucesores de Mahoma, cada califa, antes de morir, designaba a su hijo como heredero.
Para incentivar la islamización, los súbditos no musulmanes de los territorios conquistados debían pagar mayores impuestos.
Nuevas técnicas
Los árabes canalizaron el riego de los cultivos y aplicaron técnicas avanzadas, como la rotación de cultivos y el uso de abonos.
Beduinos
Del término árabe badawí, que significa campesino. Hoy viven en Arabia, Siria, Irak, Jordania y el Sahara. La mayoría son musulmanes y una parte se está sedentarizando.
Prohibiciones y derechos
El Islam prohibe las apuestas, el alcohol y la carne de cerdo. Está permitida la poligamia, pero sólo se puede tener cuatro esposas legítimas.