Había una vez una jirafa que era la más alta de la selva, pero no le gustaba ser así porque todos se reían de ella. Entonces decidió ir a ver al señor tigre que era un gran mago para que la ayudara.
Ella había oído muchas historias de él, que ayudaba a los animales y les cumplía sus deseos.
Cuando llegó frente al tigre, le contó su problema, y él le contestó que lamentaba no ser la persona indicada y que no le podía ayudar. Entoces ella le preguntó: «¿Pero, entonces a dónde voy?». El tigre se quedó muy silencioso y no le contestó nada.
De regreso se fue pensando, y de tanto andar se dio cuenta que el mejor regalo era ser ella misma, y ser feliz como era: alta y silenciosa.