Se denomina fuerza de roce o fuerza de rozamiento a la fuerza que se genera en la superficie de contacto entre dos cuerpos y que se opone al movimiento entre ellos. Se genera por microsoldaduras entre los puntos de contacto, es decir, porque las imperfecciones de los cuerpos «encajan».
Existen dos tipos de roce: El estático y el cinético o dinámico. El primero es aquel que impide que un objeto inicie un movimiento y es igual a la fuerza neta aplicada sobre el cuerpo, solo que con sentido opuesto (ya que impide el movimiento). El segundo es una fuerza de magnitud constante que se opone al movimento una vez que éste ya comenzó. En resumen, lo que diferencia a un roce con el otro es que el estático actúa cuando el cuerpo está quieto y el dinámico cuando está en movimiento.
El roce estático es siempre menor o igual al coeficiente de roce entre los dos objetos (número que se mide experimentalmente y está tabulado) multiplicado por la fuerza normal. El roce dinámico, en cambio, es igual al coeficiente de roce (denotado por la letra griega µ) por la normal en todo instante.