Hoy las pilas nos facilitan el uso de una serie de objetos en nuestra vida cotidiana, además de aparatos electrónicos inalámbricos, están presentes también en los juguetes infantiles.
El problema es que una vez que se agotan, por lo general, se botan junto al resto de los residuos. Así terminan en basurales o rellenos sanitarios, quedando expuestas a incendios y reacciones químicas sin control que afectan las napas de agua el suelo y el aire.
Las pilas cuando llegan a los vertederos se convierten en artículos de alta peligrosidad cuando al descomponerse pierden hermeticidad y se inicia la liberación de materiales pesados como el mercurio, níquel, entre otros.
Los metales pesados de las pilas son elementos químicos metálicos con relativa alta densidad. Lo que significa que son tóxicos o venenosos en concentraciones bajas. Además tienden a bioacumularse, contaminando tierra, agua y medio ambiente en general. Los científicos indican que entre los calificados como dañinos para la salud destacan el plomo y el mercurio, seguidos por el bario, cadmio, cobre, níquel, zinc, estaño, vanadio y manganeso. Todos presentes de las pilas.
¿Qué se está haciendo?
Desde 2001 la Municipalidad de Santiago desarrolla programas ecológicos de recolección de pilas, mediante la instalación de depósitos receptores en diversos puntos de la comuna . En la actualidad existen 20 contenedores (ver recuadro), cuya recolección se efectúa mensualmente la Dirección de Aseo. Estas se trasladan a la empresa de reciclaje Hidronor, donde pasan por un tratamiento de inertización, previa a la separación de metales peligrosos y luego quedar confinadas.
Si bien el sistema ha tenido muy buena recepción de parte de la comunidad «lo único que no ha sido posible es la mantención adecuada en la infraestructura de los depósitos (…) lo que a futuro podría afectar la continuidad de este programa», comentó la coordinadora del programas ambientales, Silvana Cabrera.
Según el encargado del área de residuos de la Corporación Nacional del Medio Ambiente (Conama), Joost Meijer, no existe un plan a nivel nacional en cuanto al reciclaje de pilas.
Según el experto «no se realiza un real reciclaje, sino inertización (…) y luego pasan a ser relleno sanitario. Afortunadamente se están fabricando pilas con bajos contenidos de mercurio y cadmio». Agregó que más que una política ambiental deberían implementarse legislaciones que eviten la importación de pilas de mala factura. Hay muchas que se venden en la calle, que además de ser de de mala calidad y corta duración, son altamente contaminantes», advirtió Meijer y recomendó a los usuarios elegir marcas conocidas en el comercio establecido.