Con frecuencia hemos escuchado decir que el mar es la despensa del mundo, y ello se debe a que los océanos están llenos de recursos que el hombre puede aprovechar para subsistir, tanto en el campo alimentario como en muchos otros.
Por la gran extensión de mar que tiene a su alrededor, Chile es un país privilegiado en este aspecto. Los recursos pesqueros de que dispone no sólo son una fuente de alimento para su población, sino también valiosos elementos para exportar.
Pero vamos por parte: ¿Qués es un recurso pesquero?
Según la definición de un biólogo marino, recurso pesquero es «toda especie hidrobiológica que tiene en el agua su medio natural de vida y que, por su calidad y cantidad, es susceptible de ser usada por el hombre«.
De esta manera, no sólo aquellas especies comestibles son consideradas un recurso pesquero; también lo son algunas que tienen finalidad de ornato, como los pececillos de colores que, en gran cantidad, se capturan y venden para decorar los acuarios.
Los recursos pesqueros son autorrenovables. Esto quiere decir que si el hombre no atenta de manera irracional contra las epecies, ellas pueden constituir una fuente inagotable de abastecimiento.
La agricultura y la ganadería también están constituidas por especies autorrenovables, pero a diferencia de los peces, requieren de la ayuda del hombre para proliferar. Es necesario abonar o fertilizar; sembrar o fecundar; cuidar los cultivos o alimentar a los animales; recolectar los frutos o sacrificar. Los recursos pesqueros, en cambio, están allí, listos para ser recolectados.
Muchos estarán preguntándose y con razón, por la siembra de salmones o los viveros de ostras. En efecto, hay especies y lugares susceptibles de ser intervenidos por el hombre con el fin de elevar su productividad. Pero aun sin la ayuda humana, también estas especies se renovarían en forma indefinida sólo manteniendo una explotación racional.
Hasta hace poco más de un siglo, el hombre obtenía alimentos del mar, capturándolos de manera artesanal. Esta forma de explotación casi no altera las poblaciones vegetales o animales que habitan en los océanos. Sin embargo, con el aumento de la población y la necesidad de encontrar nuevas fuentes alimentarias, el hombre desarrolló técnicas de pesca más sofisticadas, las que han permitido arrasar con algunas especies. Esto ha obligado a las autoridades a definir políticas y normas de protección para que los recurosos marinos no se extingan.