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La limitación más importante de Internet es el tiempo que debe esperar el usuario para acceder a determinados contenidos. Pero gracias al aumento del ancho de banda en las conexiones esta situación ha cambiado, revolucionando la experiencia de navegar por Internet. Hoy contamos con la verdadera Internet: la Internet de alta velocidad o Internet de banda ancha.

Existen dos tipos de tecnología consideradas banda ancha: el ADSL y el Cable Modem. El ADSL consiste en convertir el par de cobre de la línea telefónica de un sistema análogo a uno digital. La implementación del servicio es muy simple. Se instala un módem en la central de la empresa telefónica y otro en el domicilio del usuario. Y el Cable Modem utiliza la capacidad del cable de la televisión por cable para enviar información a gran velocidad. Además, por el mismo cable el usuario puede ver televisión, hablar por teléfono y navegar en Internet a gran velocidad.

El ancho de banda de una red determina la cantidad de información que es posible transmitir en una unidad de tiempo determinada. Por ejemplo, bajar un MP3 que pesa alrededor de 5 Mb, en la Internet tradicional demora unos 25 minutos; en cambio, a través de la banda ancha este proceso no tarda más de 1 minuto.

Ventajas

– Acceso a contenido multimedial (audio y video) en línea: MP3, MP4, avi, mpeg, etc. Esto significa poder ver videos, películas, conciertos y cualquier evento audiovisual en tiempo real.

– Escuchar música desde Internet con calidad de CD.

– Acceso a video chats y todo tipo de transmisión de imágenes de manera instantánea.

– Acceso a juegos multimedia en línea.

– Abrir y navegar por gran cantidad de páginas web a la vez.

– Bajar (download) software desde Internet en pocos minutos.

Una red que crece

Hoy en día los usuarios de Internet ascienden a millones alrededor del mundo y cada día crece con más fuerza, lo que ha creado un grado de comunicación y acceso a información sin precedentes en la historia del hombre.

Internet ha cambiado el mundo en el que vivíamos hace unas décadas, eliminando las barreras del tiempo y la distancia. Hoy podríamos estar encerrados en una casa durante mucho tiempo y no tendríamos necesidades, porque Internet lo ha llenado todo. Ni hambre se pasaría; solo sería cosa de apretar un botón y pedir comida a domicilio. Sin embargo, hay que tener algo muy claro: el grado de dependencia que hoy existe hacia esta gran red está aislando cada día más al hombre, que prefiere navegar por Internet antes de compartir cara a cara con alguien.