Nació en Santiago el 31 de diciembre de 1793. Hijo primogénito de Francisco Javier Rengifo y Ugarte, y de Ana Josefa Cárdenas e Izarra. Antes de los 11 años dejó la escuela, destacándose por sus conocimientos de Aritmética Comercial.
En 1813 adhirió al batallón de Voluntarios de la Patria y participó activamente en la Lucha por la Independencia. Tras el Desastre de Rancagua se trasladó a Argentina, donde comenzó a demostrar su notable espíritu empresarial.
A partir de 1827 se involucró en política; fue diputado y senador. En 1830 asumió como ministro de Hacienda del gobierno de José Joaquín Prieto. Desempeñó el mismo cargo durante el mandato presidencial de Manuel Bulnes.
En 1829 contrajo matrimonio con Dolores Vial y Formas, con quien tuvo 2 hijos: Agustín y Manuel, el segundo sería parlamentario y ministro de Hacienda al igual que su padre, en 1861.
Perdió a su primera esposa en 1833, pero volvió a casarse tiempo después con su cuñada Rosario Vial y Formas, con la cual tuvo cuatro hijos: Ana, Tulio, Carlos – que fue sacerdote y naturalista- y Osvaldo, que fue abogado y parlamentario.
Manuel Rengifo falleció en 1845.
Católico y revolucionario
La pérdida del padre (1808) dejó a la familia de Manuel con escasa fortuna; su madre quedó viuda con cinco niños. Como hijo mayor y con apenas 15 años, él debió asumir la responsabilidad de mantener su casa. Se le recuerda, en esa época juvenil, como un católico observante.
Aproximadamente ese mismo año, un comerciante español de apellido Arrué, le ofreció trabajo con sueldo de 200 pesos anuales y a pesar de ser adherente de las ideas de emancipación nacional, Manuel siempre lo defendió cuando las personas de esa nacionalidad comenzaron a ser perseguidas.
En 1813 fue nombrado subteniente del batallón de Voluntarios de la Patria, donde destacó por su honradez y liderazgo. No obstante ello, su madre intercedió para que fuese exonerado del servicio, por ser el único sostén de su casa.
Volvió a trabajar con Arrué, y el gobierno lo designó inspector de barrio. Permaneció en este puesto cívico hasta 1814, cuando tras la derrota de los patriotas en Rancagua abandonó el país.
Accidentada carrera de comerciante en Argentina
Manuel Rengifo cruzó la Cordillera de los Andes en compañía de su amigo Juan Melgarejo, hasta entonces intendente de Coquimbo. Se estableció en Mendoza algunos meses y luego en Buenos Aires, donde inició con Melgarejo negocios de exportación de cueros con tan buenas utilidades, que se arriesgó en otro de ventas hacia el interior del país.
Con notable espiritu empresarial, concibió comprar grandes cantidades de mercaderías y una carreta, y se encaminó hacia Potosí, donde pensaba vender siguiendo los pasos de los ejércitos por el camino hacia las provincias del noroeste argentino. Pero tras la reconquista del Perú por los españoles, debió vender sus mercaderías en un pueblo del camino y no obtuvo las ganancias que había planificado. En este recorrido se extravió y terminó perdiendo todo lo que tenía.
De regreso en Chile
Después de un accidentado regreso a Buenos Aires, Rengifo se enteró de la victoria patriota en Chacabuco (1817), decidiendo volver a Chile. Llegó a Santiago a principios de abril, se reunió con su familia y estableció una tienda en los portales de la ciudad.
Decidió iniciar un negocio de venta de mercaderías con unos inversionistas, pero el desembarco del general Osorio con tropas españolas en Talcahuano, lo obligó a retirarse de la capital.
De regreso, estableció un café llamado Unión, al que pronto las autoridades rechazaron, por considerarlo como un centro de encuentro de conspiradores contra el gobierno liberal. Decidió volver al comercio en 1818, haciendo sociedad con Ignacio Urizar para exportar trigo de Valdivia al Perú, donde tuvo éxito y se independizó de su socio.
Negocios en Perú
Rengifo regresó a Chile en 1823 con un bergantín propio, que volvió a cargar con mercaderías para continuar sus negocios en Perú.
En 1824 el gobierno lo nombró agente de negocios del Ejército de San Martín, pero no pudo desempeñarse por haber emprendido otras empresas hacia las provincias de Jauja con el comerciante chileno José Castro.
De vuelta en Lima, estableció una importante empresa dedicada a los minerales y a los préstamos a comerciantes. La firma se terminó en 1826, cuando el Presidente peruano José María Pando decidió expulsar a los extranjeros del país, por lo que Rengifo debió volver a Valparaíso.
Se involucra en política
Rengifo se trasladó a Santiago en octubre de 1826 a cuidar de su madre enferma, quien falleció en febrero de 1827. En Santiago se encargó de la liquidación del estanco de la Casa Portales, Cea y Cía. En esta tarea se involucró en las discusiones políticas, defendiendo en varias ocasiones a sus colegas comerciantes que se agrupaban como los estanqueros.
Fue elegido diputado por Chiloé en el período 1828-1829.
Por encontrarse cerca de Ochagavía en diciembre de 1829, y por la fama de poseer un juicio justo, se le solicitó redactar el armisticio de la guerra ente liberales y conservadores.
Ministro de Hacienda
El Presidente José Joaquín Prieto lo llamó para hacerse cargo del Ministerio de Hacienda del nuevo gobierno. El 1 de julio de 1830 se incorporó a sus nuevas funciones, por las cuales será recordado por la organización y dirección que imprimió a una Hacienda pública que estaba en la ruina. Introdujo medidas que, dentro de las posibilidades de la época, impulsaron la agricultura, los intercambios comerciales con el extranjero, y el funcionamiento de las oficinas públicas.
Fomentó la devolución de los bienes al clero regular, a cambio de que este se encargase de la educación primaria gratuita, ahorrando así un gasto al Estado; buscó la eficiencia de las oficinas fiscales; en 1831 el Congreso aprobó la extinción del impuesto de alcabalas del viento a la agricultura, y los impuestos a licores y el derecho de cabezón. Este era el cobro fiscal del 6% sobre el valor de las ventas menores que se hacían en los fundos, tiendas y almacenes comerciales. En 1833 ordenó rebajar las contribuciones de patentes.
Además, se introdujeron clases de comercio en el Instituto Nacional.
Una de las principales tareas realizadas bajo el ministerio de Rengifo fue la creación de la Aduana de Valparaíso (1831), lo que convirtió a este puerto en un punto obligado de paso por el Pacífico.
Eterno mediador
En 1834 Rengifo fue electo senador, y ese mismo año presentó por primera vez una Memoria de Hacienda completa del estado de la finanzas públicas ante el Congreso, reconociéndose la deuda exterior e interior.
En noviembre de 1835 renunció a su cargo y se retiró a la hacienda familiar. Se dedicó a la agricultura y un tiempo después a la fundición de cobre.
Si bien se mantuvo alejado de la política activa -sin siquiera asistir a las sesiones de senadores que le correspondían- se interesó por ser elegido diputado por San Felipe y senador por el período 1837-1843. En el Congreso, contribuyó a reducir los enfrentamientos partidarios antes de la elección presidencial de 1841.
Segundo ministerio
En 1841 el Presidente elegido Manuel Bulnes llamó a Rengifo para desempeñar nuevamente la cartera de Hacienda. En su segundo período ministerial dirigió dos proyectos importantes: el arreglo con los acreedores del empréstito inglés y la dirección del reglamento de Aduanas. Sobre el primer problema llegó a un acuerdo en enero de 1842, en base a reconocer y sostener el pago de la deuda en plazos definidos. Sobre el segundo, el 2 de junio de 1842 publicó el Reglamento de Aduanas para el Comercio de Internación y de Tránsito.
En 1843 nuevamente fue elegido senador, pero no pudo cumplir el período: falleció en Talca el 16 de marzo de 1845, a los 51 años de edad, tras una prolongada enfermedad.