Durante gran parte del siglo XIV y comienzos del XV, la creciente corrupción y secularización de la Iglesia (que se traducían en la venta y acumulación de cargos eclesiásticos, enriquecimiento de la corte papal y el alto clero, como cardenales, obispos, abades, etc.) dio lugar a la aparición de concepciones vinculadas con el Humanismo, que defendían un acercamiento directo a Dios y hacían presente la necesidad de una reforma en la organización religiosa.
El florecimiento de una nueva mentalidad y la aparición del espíritu crítico, característicos del Renacimiento y el Humanismo, extendieron poco a poco su influencia hacia el terreno religioso. Se comenzó a examinar y a poner en duda los fundamentos doctrinarios de la Iglesia de Roma. Por ejemplo: la voz de Dios, ¿hablaba realmente por medio de la Iglesia?, ¿Era la fe que esta enseñaba el mismo mensaje que Jesucristo había traído a la humanidad? y ¿Tenía la Iglesia el enorme poder sobrenatural que se atribuía?