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De Sánchez Cerro a Odría (1930-1956)

Luego de once años de gobierno (por lo que se llama a su período El Oncenio) Augusto B. Leguía perdió apoyo popular en parte por la creciente crisis económica derivada de la crisis mundial de 1929. En 1930 es derrocado por Sánchez Cerro quien, tras ser legitimado como presidente en elecciones, es asesinado en medio de un nuevo período de agitación social. Asume entonces el general Óscar Benavides quien reforma la constitución y reinicia una era de exportaciones agrícolas, fomentando la producción de las muy exitosas haciendas agrícolas del norte peruano, que a diferencia de las del sur, había logrado grandes cuotas de productividad y eficiencia.

En 1942, Perú y Ecuador entran en una guerra limítrofe. Era presidente Manuel Prado y Ugarteche. Le sucede José Luis Bustamante y Rivero, quien, tras perder apoyo en sus reformas por parte del congreso (dominado por el APRA) recibe un golpe de Estado por parte de Manuel A. Odría quien durante ocho años (1948-56) gobierna el país con mano de hierro, persiguiendo a la oposición, promoviendo la construcción de grandes obras públicas (Grandes Unidades Escolares, Grandes Unidades Vecinales, hospitales etc.) y abriendo el país al capital norteamericano.

Los años 60 y 70

El retorno de la democracia es también el retorno de Manuel Prado al gobierno. Ante las críticas de su manejo de la economía nombra como primer ministro a Pedro G. Beltrán quien equilibra las finanzas públicas y estabiliza la moneda peruana. La defensa que Prado hace de los controvertidos resultados de las elecciones de 1962 facilita un nuevo golpe de estado militar, aunque éste (dirigido por Nicolás Lindley López y Ricardo Pérez Godoy) tenía un carácter reformista al punto que esboza una reforma agraria. El breve gobierno convoca nuevas elecciones que gana el centrista Fernando Belaúnde Terry (de Acción Popular). Belaúnde promueve obras públicas en el interior del país e intenta llevar a cabo una serie de reformas (incluida una reforma agraria integral) pero es permanentemente boicoteado desde el Congreso por la coalición formada por el Partido Aprista y la Unión Nacional Odriísta. En el interior del país se suceden las conflictos sociales y la acción de guerrillas de inspiración comunista.

La crisis política que se desata por la supuesta pérdida de una página del contrato de la International Petroleum Company con el Gobierno Peruano, lo que genera una ola de indignación nacional y sirve de excusa para el golpe de estado de Juan Velasco Alvarado en 1968. El «Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas» (comandado por Velasco hasta 1975 y luego por Francisco Morales Bermúdez) emprende una ambiciosa reforma agraria, una masiva nacionalización de empresas y toma medidas para fomentar una gran industria estatal. Confisca los medios de prensa y hace gala de un agresivo discurso militarista y nacionalista. Pero los problemas del reformismo militar evidencian pronto ineficiencia, endeudan al Estado y lo lanzan a una aguda crisis económica. Morales Bermúdez enfrentó el descontento y presión popular para retornar a la democracia. Así una nueva Constitución (1979) redactada por un Congreso Constituyente elegido democráticamente es el primer paso para el retorno a la legalidad. Luego de las elecciones de 1980 Belaúnde retorna al poder.

Perú durante los años 80

Un breve conflicto fronterizo con Ecuador distrae momentáneamente la atención nacional en 1981 con la victoria del Perú. Pese a tener mejores condiciones parlmentarias que en su primer mandato, Fernando Belaúnde no supo enfrentar adecuadamente la crisis económica que se prolongó durante toda la década.

En estos años se inicia la lucha armada del grupo maoísta Sendero Luminoso que durante los siguientes quince años emprendería acciones violentas contra las fuerzas de seguridad y la población civil a través de asesinatos masivos, ejecuciones sumarias producto de «juicios populares» y ataques con bombas a la infraestructura civil y estatal. Otro grupo subversivo, el MRTA, comete asesinatos selectivos, secuestros y acciones de sabotaje.

El desgaste sufrido por la derecha peruana durante los primeros años de la década aseguran el triunfo del Partido Aprista en 1985. Alan García se convierte así en el primer Presidente Aprista, contando con un moderado apoyo popular en los inicios de su gobierno. Sin embargo, tampoco pudo lograr acabar con los problemas económicos del país: la crisis económica alcanzó su peor nivel, una hiperinflación galopante, (producto de la emisión masiva de moneda sin respaldo) y escasez de alimentos, en medio del aumento de la actividad terrorista. García rompe con los organismos internacionales de crédito y emprende una fallida estatización de la banca.

Esta última acción genera la protesta de la sociedad civil liderada por el escritor Mario Vargas Llosa quien luego es elegido líder de una coalición de fuerzas de centro derecha con miras a las elecciones de 1990. Su discurso es liberal y pro empresa.

Buscar más información

http://es.wikipedia.org/wiki/Per%C3%BA
http://www.peruviantrip.com/espanol/peru_actual.php
http://www.analitica.com/vas/1999.12.5/hispanica/16.htm


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