La ballena es uno de esos mamíferos marinos que dan miedo. Pensar en encontrarte con una de ellas mientras estás en la playa es casi como crear una película de terror.
Con el nombre de ballenas se define a todos los cetáceos que habitan los mares de nuestro planeta y que se destacan por su gran tamaño. La mayoría de estas especies miden cerca de 20 metros, claro que existe una que puede superar los 30: la ballena azul, que de pasadita es el animal más grande que habita la Tierra.
En las ballenas suelen distinguirse tres familias: la de los balénidos, donde está la ballena de Groenlandia -que puede medir 20 metros de longitud, de los cuales ocho corresponden a la cabeza- y la ballena negra; la de los balanoptéridos, a la que pertenecen los rorcuales cuyas características más sobresalientes son su cabeza aplanada y su longitud, que puede superar los 30 metros de largo; y la de los estrictiidos, de la que es parte la ballena gris, que se distingue por una peculiar barba laminar.
Las ballenas se alimentan en su mayoría, de plancton que, al igual que el agua, entra en grandes cantidades cuando ésta abre la boca. Claro que cuando la cierra, el agua es expulsada debido a la presión que ejerce la lengua al apretarse contra el paladar.
Al igual que la mayoría de los animales, las ballenas emigran en las distintas estaciones hacia los lugares donde hay abundante alimento. Así, en la primavera se trasladan en masa hasta al polo norte y en otoño, como los hielos comienzan a derretirse, el plancton desaparece y las ballenas se van hacia el trópico.
Al contrario que el hombre, que guarda el aire principalmente en los pulmones, las ballenas lo hacen en los músculos y la sangre. Esto es lo que hace que pueda estar mucho tiempo sumergido (hasta 90 minutos). Así, antes de hundirse, el animal vacía sus pulmones de aire y con esto evita el taponeo de los vasos sanguíneos.
La piel de estos cetáceos carece de pelos y bajo ésta hay una tremenda capa de tejido graso que le sirve para no pasar tanto frío. En cuanto a sus sentidos, su fuerte es el oído, ya que logra captar sonidos por otros animales a gran distancia.
Clasificación científica
Las ballenas, los delfines y las marsopas pertenecen al orden de los Cetáceos. Este orden está subdividido en dos subórdenes: los Odontocetos o ballenas con dientes y los Misticetos o ballenas con barbas. Dentro de los Odontocetos se encuentran el cachalote (Physeter catodon), y el cachalote pigmeo (Kogia breviceps), que pertenecen a la familia de los Fisetéridos; el ballenato de Cuvier (Ziphius cavirostris), el ballenato de hocico de Sowerby (Mesoplodon bidens), el ballenato de hocico de Gervais (Mesoplodon uropaeus), el ballenato de hocico de Blainville (Mesoplodon desirostris), el ballenato de hocico de True (Mesoplodon mirus) y el calderón de hocico boreal (Hyperoodon ampullatus), que pertenecen a la familia de los Hiperodóntidos; el calderón común (Globicephala melaena), el calderón tropical (Globicephala macrorhynchus), el calderón gris (Grampus griseus), la orca (Orcinus orca) y la orca bastarda (Pseudorca crassidens) pertenecen a la familia de los Delfínidos. La marsopa (Phocaena phocaena) pertenece a la familia de los Focénidos. Del grupo de los Misticetos son el rorcual común (Balaenoptera physalus), el rorcual norteño (Balaenoptera borealis), el rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata), y el rorcual azul (Balaenoptera musculus), que pertenecen a la familia de los Balenoptéridos. Por último, la ballena jorobada o xibarte o yubarta (Megaptera novaeangliae), la ballena vasca (Eubalaena glacialis) y la ballena franca o de Groenlandia (Balaena mysticetus) pertenecen a la familia de los Balénidos.