Una masiva despedida tuvo la Selección Nacional.
Considerando la ausencia desde Francia 98, muchos escolares esperan ver por primera vez a Chile jugando en un Mundial. Para ello, los colegios han inventado diferentes fórmulas.
En el Saint Gabriel cada una de sus tres sedes contará al menos con dos pantallas gigantes, mientras que en el Pedro de Valdivia privilegiaron el compartir con los padres y el 16 podrán entrar más tarde, aunque en los otros partidos se armarán actividades deportivas.
En el Instituto Nacional, en tanto, se conseguirán una pantalla gigante y las puertas se abrirán media hora antes. Eso sí, todas las horas de los partidos se recuperarán. Y en Recoleta, los colegios municipalizados con mayor asistencia podrán competir por camisetas autografiadas y pelotas.
Pero sin duda los más futboleros resultaron ser los estudiantes de la Universidad Católica. Tanto en la Casa Central como en el Campus San Joaquín se instalarán carpas donde se proyectarán todos los partidos del Mundial, con asado incluído, cuya pantalla incluso mostrará la final del torneo de Winning Eleven creado para la ocasión.
¿Las obligaciones académicas? La mayoría de los profesores accedió a cambiar pruebas y clases, porque saben que el interés no estará, precisamente, en las salas de clases en esos días.
La «Roja» llegando a Sudáfrica.
La Selección ya está en Sudáfrica
Tras más de 12 horas de vuelo, la selección chilena arribó la mañana del domingo a Nelspruit para comenzar su concentración mundialista en suelo sudáfricano.
El avión que trasladó a la «Roja» aterrizó pasadas las 9.00 horas de Chile en el aeropuerto Kruger Mpumalanga, en donde los jugadores fueron recibidos por parte del alcalde de Nelspruit y el embajador de Chile en Sudáfrica, Francisco Marambio.
Además, un centenar de hinchas chilenos apoyaron con cantos y gritos, mientras otros tantos sudafricanos fueron al aeropuerto a recibir al elenco nacional.
Emocionante despedida
Hasta Bernardo O’Higgins llegó a Juan Pinto Durán para despedir a la Roja. Un hincha disfrazado como el prócer fue una de las cinco mil personas que despidieron a la «Roja», el sábado recién pasado cuando dejó su lugar de entrenamiento para iniciar la travesía hasta Sudáfrica. En el aeropuerto, otra multitud la esperaba para brindarle los últimos gritos de apoyo a la delegación que encabeza Marcelo Bielsa.
Afuera del complejo se reunieron hinchas, huasos y personajes de todo tipo. También aparecieron los carteles deseando buena suerte. La leyenda más repetida era «Te quiero ver…», que recuerda el grito de motivación que el preparador físico Luis Bonini le dio a Humberto Suazo en Uruguay.
En el interior del recinto, Bielsa demostró que no le gusta perder tiempo y ordenó una práctica, aunque suave y sin balón. Mientras, en el segundo piso de la casa principal, Suazo daba una gran (y esperanzadora sorpresa): Trotó durante poco más de 20 minutos. Al reconocer su calva fisonomía, los hinchas dirigieron de inmediato sus gritos de aliento para al ariete, para que se recupere pronto de su desgarro en el isquiotibial de la pierna izquierda.
La hora de partir se acercaba. El camión con la implementación ya se había ido y sólo faltaba que los jugadores terminaran de prepararse para partir al aeropuerto. Poco antes de las 20 horas se abrieron las puertas Pinto Durán. Fue un segundo en que se desató la euforia, comenzaron los «ceacheí», los aplausos y la emoción de los hinchas, algo que se extendió durante todo el recorrido hacia el terminal aéreo. Desde el bus, Gonzalo Jara quiso quedarse con un recuerdo de ese instante y grabó todo.
El bus avanzó lentamente por Vespucio Sur, que se tiñó con el rojo de las camisetas y el blanco del papel picado. La emoción se desbordó cuando la Selección llegó a su primera estación antes de abordar el avión a Sudáfrica. Dio lo mismo el despegue con retraso. El combinado nacional se fue con un sobrepeso de ilusiones. Las de 23 jugadores y la de millones de chilenos.