Esta no es una historia larga, sino que bonita y de pena. Es mi historia.
Nunca nadie sabe cuando le va a pasar algo malo, hasta que le pasa. Yo me llamo Camila y tengo 13 años, edad perfecta para definir e identificar cuáles son mis verdaderas amigas. Pero hay personas que nunca le llegan sus amigos y se quedan solos.
Camila se llama mi mejor amiga, coincidió con mi nombre. Somos amigas de toda la vida, eso termina ahora. Camila se empezó a alejar de mi, pensando que si se acercaba a mi yo la iba a alejar del grupo. Nunca fue así, pero igual se fue de mi lado.
Yo todavía estoy buscando a una amiga que me quiera, que no me tire papelitos, que no me deje cuando lloro y que no se venga a mi lado porque le conviene, sino que se acerque porque es mi amiga.
Yo sé que ya va a llegar una amiga verdadera a mi vida. Ser pacientes es una de las «Cosas de la vida» que hay que soportar, aparte de la soledad.