Su origen estuvo en Rusia, de la mano de Kasimir Malevich, quien fusionó el cubismo con el futurismo, negando cualquier clase de reproducción de carácter imitativo. Entre 1914 y 1915 pintó su primer Cuadrado negro sobre fondo blanco, al que siguieron muchos más. Para él era la expresión del sentimiento puro, pues se había eliminado todo rastro de pensamientos materiales del mundo. Malevich denominó a su arte suprematismo, puesto que el sentimiento se encontraba por sobre lo material.
A otros artistas rusos se les conoció propiamente como constructivistas, como en el caso de Alexander Rodchenko y El Lissitzky, quienes creaban estructuras parecidas a las máquinas de la época en sus cuadros, los que se colgaban en el espacio casi de forma arquitectónica. Por otra parte, el holandés Piet Mondrian desarrolló otra forma de abstracción llamada neoplasticismo.