Hay punzones que son puntiagudos, que sirven para iniciar agujeros en materiales que no sean muy duros, por ejemplo el cuero.
Los punzones se utilizan en artesanías tradicionales del metal, en las que se realizan adornos o se ponen letras mediante la estampación a martillo, como la joyería (en particular la platería), la armería tradicional tanto de armas blancas como de fuego, o el grabado en hueco, que es el que se utiliza para realizar medallas y monedas. También se realizan con punzón artesanías del cuero, en particular adornos, y dorados en encuadernación.
El punzón y las primeras imprentas
En el proceso tradicional de imprenta, el punzón es el original grabador en acero para la estampación de las matrices. Estas eran pequeñas piezas metálicas que van en los moldes, portando la forma en relieve de la letra. En el punzón se grababa o «abría» el diseño invertido, pues la matriz debía quedar en posición natural para producir un tipo a su vez invertido. Se grababa un punzón al menos para cada letra o signo y a su vez para cada tamaño, con lo cual el esfuerzo de realizar un juego completo de letras estaba al alcance de pocos por la inversión necesaria, tanto de dinero como de tiempo.
Los grabadores de punzones para letras se denominaban también abridores (de letras, o de punzones o matrices).