La mitología germánica, también conocida como nórdica y escandinava, reúne las concepciones mitológicas y religiosas comunes de los pueblos germánicos, que durante los primeros siglos de la Edad Media se expandieron especialmente por el noreste de Europa.
Aunque el desarrollo de estos pueblos era claramente muy inferior al de las grandes civilizaciones occidentales de la Antigüedad, poseían una compleja explicación de la creación del Universo. Al igual que los grecolatinos, egipcios y mesopotámicos, adoraban a un gran número de dioses, a los que atribuían habilidades y cualidades extraordinarias.
Las creencias fueron heredadas en especial de los vikingos -pueblo de navegantes de origen escandinavo que se expandió por Europa entre los siglos VIII y XI-, que preservaron y enriquecieron los mitos germánicos.