Las mitocondrias son organelos granulares y filamentosos que se encuentran flotando en el citoplasma de todas las células eucariotas. Observadas al microscopio, presentan una estructura alargada u oval y es frecuente que midan cerca de media micra de ancho y unas cinco de largo. Una mitocondria está rodeada por una membrana mitocondrial externa, dentro de la cual hay otra estructura membranosa, la membrana mitocondrial interna, que termina en pliegues hacia el interior para formar las llamadas crestas mitocondriales.
Las mitocondrias actúan como verdaderas centrales o calderas energéticas, en las que se queman diferentes componentes para recuperar la energía que contienen y convertirla en ATP (adenosín trifosfótico), que después de transportarse a otros organelos, es utilizado como combustible en diversos procesos.
Las particulares mitocondrias
Estas se comportan como diminutas células dentro de una célula. Y, a diferencia de otros organelos, pueden reproducirse a sí mismos.
Además, cada una está controlada por sus propias moléculas de ADN, y no por el material genético contenido en el núcleo. Existen cerca de unas 2.000 mitocondrias por célula, pero hay algunas células que desarrollan trabajos intensos, como las musculares, que tienen un número mayor de estos organelos.