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Desde el siglo IX, cuando la seguridad de las poblaciones se vio amenazada por los continuos peligros de guerras e invasiones, se estableció un nuevo sistema político y económico, conocido como feudalismo.

Entre los siglos X y XII, el incremento de la población y el aumento de los rendimientos agrícolas generaron excedentes tanto de mano de obra como de productos, lo que originó un auge de las ciudades. Esto hizo que surgiera una nueva clase social, llamada burguesía, compuesta por artesanos y comerciantes.

En estos siglos tuvo lugar, asimismo, uno de los hechos más destacados del período: la defensa de los Santos Lugares (Jerusalén) donde había vivido Cristo, los que habían sido conquistados por los musulmanes. Fue así como se produjeron las Cruzadas (siglos XI-XII), una de las mayores empresas de la cristiandad medieval, las que no solo tuvieron un fin religioso, sino que sirvieron también para aumentar los límites del poder europeo, desarrollar el comercio mediterráneo y aliviar la presión musulmana sobre el imperio bizantino.

En el siglo XII, las monarquías europeas empezaron a imponer su autoridad sobre los señores feudales, para lo cual se aliaron con la burguesía de las ciudades.

Durante el reinado de Felipe II (1180-1223), en Francia se desarrolló una política de centralización y expansión de la Corona hacia los ducados independientes, es decir, hacia los estados gobernados por un duque. En tanto, en Inglaterra se redactó una Carta Magna, en la que por primera vez el poder inglés quedó regulado y sometido a las cámaras parlamentarias.

En la segunda mitad del siglo XII, el emperador alemán Federico I Barbarroja (1152-1190) impuso su poder sobre el Papado de Roma, situación que se revirtió a finales de ese siglo, cuando el Papa Inocencio III devolvió el poder de la Iglesia a todos los reinos cristianos.

El siglo XIV trajo consigo una profunda crisis económica, espiritual y social, gatillada por factores como el aumento de la población; las revueltas campesinas contra los señores feudales; la guerra de los Cien Años entre Francia e Inglaterra; la gran epidemia de peste bubónica, y la división de la Iglesia Católica conocida como Gran Cisma, cuando había dos o tres papas rivales.

La caída de Constantinopla en poder de los turcos otomanos en el año 1453 -hecho que para algunos historiadores marca el fin de la Edad Media- significó el cierre de las actividades comerciales con el Mediterráneo oriental. Esta situación motivó a la burguesía europea a abrir nuevas rutas comerciales hacia el oeste, con lo que se fomentó el desarrollo de las técnicas de navegación y, en etapas posteriores, los grandes descubrimientos.

Las cruzadas

La causa principal de las cruzadas fue la aparición en Oriente de los turcos selyúcidas, quienes destruyeron el imperio árabe de Bagdad, atacaron el imperio bizantino y se tomaron el Asia Menor, amenazando Constantinopla.

Ocho fueron las travesías emprendidas por los cristianos de Europa occidental para recuperar los lugares santos.

-Primera cruzada:
Se realizó en el siglo XI por autorización del Papa Urbano II. Tuvo como resultado la conquista de Jerusalén y la creación de un reino francés en Palestina.

-Segunda cruzada:
Fue organizada para auxiliar a los franceses de Palestina.

-Tercera cruzada:
Surgió como consecuencia de la toma de Jerusalén por el sultán egipcio Saladino.

-Cuarta cruzada:
Dio como resultado la toma de Constantinopla, la destrucción del imperio griego y la creación de un imperio latino.

-Quinta cruzada:
No tuvo resultados concretos.

-Sexta cruzada:
El jefe de la expedición negoció con los musulmanes para que los peregrinos pudieran visitar Jerusalén.

-Séptima cruzada:
Tuvo como objetivo Egipto, pero los peregrinos sucumbieron ante la crecida del Nilo, epidemias y ataques musulmanes y debieron rendirse.

-Octava cruzada:
Fue llamada cruzada de Túnez y terminó con la muerte de Luis de Francia (San Luis), víctima de la peste.

Los caballeros medievales

El futuro caballero debía realizar una serie de rituales previos, como el ayuno, oración en la iglesia durante una noche, la ceremonia de vigilia de armas, la confesión y la comunión.

Durante su permanencia en la iglesia se le hablaba sobre los deberes (honradez y protección) que debía cumplir, y las distintas piezas de su armadura se colocaban sobre el altar, donde eran bendecidas. Posteriormente, antes de colocarse la armadura, el futuro caballero juraba delante de su padrino cumplir los deberes que el sacerdote había enunciado. El padrino tocaba el hombro de su ahijado con su espada diciéndole: "En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, te armo caballero". 

La caballería desarrolló el sentimiento del honor y creó, con el respeto y el culto a la mujer, lo que se denominó cortesía, que sin embargo llegó a ser un privilegio de ciertas personas escogidas.

Entre los caballeros famosos destacó Ricardo Corazón de León, quien para vengar la derrota y matanza de una parte de sus tropas, hizo sacar los ojos a quince caballeros franceses y los envió donde Felipe Augusto con otro a quien había dejado tuerto.


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