En 1952, Ibáñez arrasó en las elecciones con la promesa de barrer con los políticos.
Sin embargo, una vez en el gobierno mostró una conducción errática, que lo llevó a forjar las alianzas políticas más diversas y a enfrentar una agitación social cada vez más fuerte frente a los problemas económicos.
La inflación fue en aumento y el plan de ajuste fiscal que aprobó a mediados de su mandato, activó más todavía la oposición de obreros y estudiantes. Sin embargo, lo más significativo de su segundo gobierno fue la apertura política a que condujo la elección de 1952, ya que por primera vez participaron mujeres en la elección presidencial.
Gracias a ellas, Ibáñez triunfó con la más amplia mayoría de votos conocida hasta entonces: el 46,8 por ciento.
Diversas realizaciones
Por decreto del 24 de julio de 1953 se fusionaron la Caja Nacional de Ahorro, la Caja de Crédito Hipotecario, la Caja de Crédito Agrario y el Instituto de Crédito Industrial, surgiendo de esta fusión el Banco del Estado de Chile, institución destinada al crédito y fomento de la producción.
También se creó la Fundición de Ventanas, se formó el Instituto de Seguros del Estado, la Superintendencia de Educación, el Ministerio de Minería, la Corporación de la Vivienda (Corvi), se instauró la asignación familiar y el salario mínimo campesino. Además, se impulsó el desarrollo de ENAP, Endesa y Corfo.
Problemas económicos
Uno de los más graves problemas de la economía nacional durante esos años fue la inflación, fenómeno que se acentuó durante el gobierno de Ibáñez, pues alcanzó a un 80 por ciento anual.
Para combatir sus efectos, se contrató a la firma estadounidense Klein-Saks (1955), cuyos expertos propusieron medidas tales como la reorganización de la administración pública, limitación del crédito bancario y el establecimiento de una tasa de cambio única, y políticas de remuneraciones, precios y subsidios. Todas ellas implicaban aumentar los impuestos, medida impopular que un gobierno como el de Ibáñez -que se basaba en un apoyo extrapartidario- debía resentir, por lo que no fueron aplicadas en su totalidad ni produjeron el crecimiento económico que se esperaba.
Elecciones parlamentarias de 1953 y 1957
Dada su importancia política y el hecho de que el apoyo obtenido tenía más bien un carácter personal, Ibáñez y sus seguidores se esforzaron por lograr la mayoría de los escaños del Congreso. Su eslogan electoral, «Un parlamento para Ibáñez», fue favorable en su momento, dado que consiguió elegir 74 diputados de un total de 147; pero una combinación política al momento de constituirse la mesa de la Cámara dejó a los sectores ibañistas en minoría.
María de la Cruz, líder del Partido Femenino de Chile y adepta al ibañismo, resultó electa senadora en la elección extraordinaria llamada para suplir el cargo dejado vacante por Ibáñez (1953), con más de 107 mil votos, transformándose en la primera mujer que ocupó tal dignidad parlamentaria.
Ese mismo año fue inhabilitada por sus pares, quienes la acusaron de varios actos ilegales, entre ellos haber ejercido el contrabando.
Bloque de Saneamiento Democrático
El 27 de marzo de 1958, en el ambiente de pre-campaña presidencial, se creó el Bloque de Saneamiento Democrático, una alianza de centro izquierda destinada a detener electoralmente a la derecha. Contó con el apoyo de Ibáñez para la promulgación de importantes leyes: se aprobó la cédula única de votación y el cierre de las secretarías electorales 48 horas antes de las elecciones.
Esta ley fue un importante avance contra el cohecho. Luego, se derogó la ley de Defensa Permanente de la Democracia, que en 1948 había declarado fuera de la ley al Partido Comunista.
La Central Única de Trabajadores
En aquella época, las agrupaciones sindicales cobraron mayor importancia, revirtiendo un proceso de desunión. La Confederación de Trabajadores de Chile, que había sido fundada en 1936, se había dividido diez años después debido a una pugna entre sus dirigentes socialistas y comunistas. El año 1953 se realizó en Santiago un Congreso de Unidad, al cual concurrieron representantes de 452 organizaciones laborales. En los debates se decidió la creación de la Central Única de Trabajadores (CUT), organismo de carácter sindical, que tenía por finalidad luchar por los derechos de los trabajadores y por mejorar las condiciones de trabajo. Su máximo dirigente fue Clotario Blest.
Nuevas agrupaciones políticas
La realidad política nacional demostraba que para los partidos políticos era muy difícil llegar al poder por sí mismos, y ello llevó a la aparición de nuevos grupos y alianzas. Una nueva combinación política de izquierda surgió en 1956, el FRAP (Frente de Acción Popular), que reunió a los partidos Socialista, Democrático, Nacional Socialista Popular, del Trabajo y al Comunista -aún proscrito por la ley de Defensa Permanente de la Democracia.
Mientras tanto, en el centro del espectro político, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) empezó a reemplazar al radicalismo. El PDC había surgido en 1957, de la fusión de la Falange Nacional con el Partido Conservador Social Cristiano.
Así, para la elección presidencial de 1958 se perfilaron las candidaturas de Luis Bossay, por el Partido Radical; Salvador Allende, militante del Partido Socialista; Eduardo Frei Montalva, de la Democracia Cristiana, y Jorge Alessandri R, independiente que contó con el apoyo de liberales y conservadores y que terminó imponiéndose en las urnas. A ellos se sumó la curiosa candidatura de Antonio Zamorano, un ex sacerdote conocido como el cura de Catapilco.