En 2000, Ariel Sharon, dirigente radical del Likud, visitó la mezquita Al-Aqsa (también conocida como la Explanada de las Mezquitas) en Jerusalén, acompañado de 2.000 soldados, para reivindicar el lugar en que se encuentran los restos del templo del rey Salomón. Esto provocó el estallido de la Segunda Intifada, ya que para los palestinos es también un lugar santo del Islam.
A partir de esta intifada, surgieron voluntarios para portar explosivos que se hacen estallar en lugares concurridos por lo general por civiles israelíes, en acciones que se han denominado ataques suicidas.
En 2003, Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y las Naciones Unidas elaboraron una hoja de ruta para Israel y la Autoridad Palestina que, entre otros puntos, propuso el fin del terror y de la violencia, la creación de instituciones palestinas y el retiro gradual de las fuerzas israelíes de los territorios ocupados desde 2000. Es un nuevo esfuerzo para terminar con un conflicto sangriento que se arrastra por décadas y que ha dejado en el camino a miles de víctimas inocentes.