Para comenzar a bucear, es necesario contar con un buen traje. Hoy en día existen tres clases:
1.- Los de tipo húmedo, que permiten que circule algo de agua y mantienen el calor corporal.
2.- Los semi húmedos, donde una vez que el agua ingresó al traje no sale y conserva la temperatura del cuerpo,
3.- Los equipos inflables o secos, totalmente impermeables.
Los trajes están compuestos por pantalones, botas, guantes y capucha. Además de su función térmica, protegen a la persona de cortes o raspaduras con animales o plantas urticantes.
Un elemento de suma importancia es el chaleco de flotabilidad, que permite que el buzo permanezca suspendido en la superficie con una flotabilidad positiva o pueda sumergirse en una posición estable de flotabilidad neutra, aún cargado de sobrepeso por los objetos que lleve. Esto se logra graduando a voluntad el aire del chaleco.
Para nadar cómodamente es necesario tener una flotabilidad neutra. Esto se logra con el lastre, una especie de cinturón que neutraliza con su peso la flotabilidad positiva. El lastre lleva una hebilla de soltado rápido, que permite deshacerse de él con facilidad ante cualquier emergencia. Su peso se calcula sobre un 8 a 15 por ciento del peso corporal y de ello depende que el buzo alcance un nado parejo.
La variación de velocidad del nado se regula con la ayuda de las aletas, conocidas como «patas de rana», que se usan en los pies y se colocan sobre las botas. Hay muchos modelos en mercado, de diferentes formas y compuestos, como plástico y grafito.En general se las puede dividir en dos tipos: la de pie completo, tipo zapato, que se fabrican en tamaños diferentes, y las de correa fija pequeña, mediana, grande o extragrande. Esta última es la más aconsejable, ya que al regular la correa se la puede usar en varias modalidades.
Ligado a toda la vestimenta en general, el visor posibilita llevar a cabo cada cosa que se haga, ya que se requiere de una nítida visión. Deben tener un vidrio inastillable y templado, y ajustar de forma perfecta a la cara, incluyendo a la nariz, para poder exhalar en su interior evitando el efecto de succión. Se recomienda lavar los vidrios del visor cuando es nuevo y pasarle antifrog para evitar que se empañen bajo el agua.
Para practicar el buceo autónomo a grandes profundidades y lograr permanecer sumergido durante mucho tiempo lejos de la superficie se requiere un equipo que facilite aire artificial. El más usado en la actualidad es el de circuito abierto, que expulsa al agua el aire exhalado por el buzo y forma las clásicas burbujas. Otra opción es el equipo de circuito semicerrado; este sistema expulsa parte de los gases y recicla otra parte, para que puedan respirarse nuevamente.También encontramos el equipo de circuito cerrado, donde todos los gases expulsados por el buzo son reciclados. Se usa en modalidades muy específicas aunque últimamente se los está utilizando también en modalidades deportivas, porque no elimina las burbujas que suelen auyentar a ciertos animales. De esta forma el contacto con la fauna es mayor.
Uno de los elementos fundamentales de todo el equipamiento es el regulador, que provee al buzo del aire extraído del tanque a presión ambiental. Está compuesto por dos etapas: una primera etapa en la que se reduce la presión de aire a un nivel intermedio para pasar a una segunda etapa que la reduce a la presión ambiental adecuada para respirar. Además, en la primera etapa hay varias salidas. Una de ellas es de baja presión, donde a través de una manguera se alimenta al chaleco, para poder regular la flotabilidad neutra. Otra va al manómetro, que permite controlar el aire y la reserva que hay del mismo. También hay una segunda etapa opcional, que sirve para auxiliar a un compañero o para reemplazar (en caso de rotura) a la que se usa comúnmente.
Siempre se aconseja llevar un cuchillo, que puede servir para cortar algas y ayudar al buzo si se engancha. Es aconsejable que sea de acero inoxidable y con mango resistente al agua. El cuchillo se sujeta al traje en el lado interno de la pantorrilla.
Por último, un silbato subacuático puede agilizar la comunicación por señas entre los buzos, aunque no son muy usados.
Los cursos de buceo
Para empezar a bucear, lo ideal es tomar cursos en una escuela reconocida, que responda a normas y reglamentos de organismos internacionales, con instructores experimentados. Un buen instructor es aquel que obtuvo una licencia internacional, y siempre debe mostrar la actualización de la misma (que se hace una vez por año) a la persona interesada en cursar con él.
Conviene que, más allá de comenzar con una metodología en piscina, una vez alcanzado cierto nivel se emprendan salidas a aguas abiertas. El buzo que obtuvo su licencia cursando solamente en pileta, el día que nade mar adentro se dará cuenta que estará muy lejos de alcanzar en la práctica lo que aprendió en la teoría. A esa altura, ya hay que tener incorporadas las reglas que dictan los procedimientos a seguir bajo el agua, que brindan la seguridad necesaria para actuar con autocontrol y equilibrio emocional, sin sobrepasar las barreras de la confianza.