Aprender a nadar ha sido siempre una actividad deseada por el hombre: el poder lanzarse al agua y desplazarse en ella con la misma seguridad que cuando se camina. Es tan importante como saber caminar, y a veces la vida de una persona depende de eso.
Si hacemos un alto para revisar lo que ha sido la natación en la historia, podemos ver que ésta se ha practicado desde los tiempos más remotos.
Tres mil años antes de Cristo los egipcios nadaban en El Nilo; los griegos y los romanos les exigían a sus hijos aprender a nadar, y en Grecia era humillante no saber hacerlo. Los antiguos soldados atravesaban nadando los ríos.
Pero fue sólo a fines del siglo pasado que un acontecimiento impulsó la natación a la difusión y popularidad.
Fue el triunfo del inglés Matthew Webb (de entonces 27 años), logrado el 24 de agosto de 1875, al cruzar por primera vez el Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, tras 21 horas y 45 minutos de lucha contra las corrientes.
Disciplina Olímpica
La natación es una de las disciplinas estelares de los Juegos Olímpicos, y se practica en ellos desde 1896, fecha en que comenzaron a disputarse las pruebas de 100, 500 y 1.200 metros de estilo libre.
Las grandes formas de nadar clásicas que se caracterizan por movimientos específicos son pecho, espalda, libre o craw y mariposa. Cuatro estilos fundamentales de natación deportiva que se disputan en las competiciones.
Consejos para nadar
- Nadar solamente bajo vigilancia de un instructor o en una zona protegida por un salvavidas.
- Nadar siempre acompañado, con un grupo o un compañero.
- Entrar lentamente al agua, para ajustarse a sus condiciones.
- Permanecer en las zonas de natación y no hacer exhibiciones. No hacer bromas dentro del agua, con chinas o tirándose de las piernas.
- No correr alrededor de las orillas o de la zona de plataformas.
- Comprobar la profundidad del agua y las dificultades que puedan existir si uno se zambulle en un lugar que no es familiar.
- No intentar hacer un rescate si no se está calificado para ello.
- No meterse nunca al agua, hasta 2 ó 3 horas después de haber ingerido alimentos.
- No intentar llegar a la balsa en la playa si no se tienen las condiciones físicas adecuadas.
- Hay que nadar moderadamente al principio de la temporada.