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Ambigüedad

Cuando expresamos un enunciado que tiene más de una interpretación.

Ejemplo: “Llama al perro Tito”, es ambigua porque no queda claro si se refiere a Tito, que es un perro, o bien, a Tito, la persona que debe llamar al perro.

Anarquismo

Cuando expresamos un enunciado que es anticuado y  pasado de moda.

Ejemplo: Hoy día tenemos un «brillo» con unos amigos.

Barbarismo

Cuando pronunciamos o escribimos de forma incorrecta un enunciado o utilizamos palabras impropias.

Ejemplo: Se dice “te fuiste”, en vez de decir “te juiste”.

Cacofonía

Cuando pronunciamos o escribimos un enunciado repitiendo las mismas sílabas o letras.

Ejemplo: “Saquen los sacos”

Dequeismo

Cuando se utiliza de forma innecesaria y abusiva la estructura “de que”.

Ejemplo: Se dice “¿Te dije que te llamaron?”  y no, “¿Te dije de que te llamaron?”

Extranjerismo

Cuando incorporamos a nuestro vocabulario palabras de otros idiomas.

Ejemplo: Utilizamos la palabra inglesa «okey», en vez de «correcto».

Idiotismo

Cuando expresamos un enunciado sin considerar las reglas gramaticales.

Ejemplo: “Me trajeron ayer a la casa la niña”, en vez de “Ayer me trajeron a la niña a la casa”.

Impropiedad

Cuando utilizamos palabras con significado distinto al que tiene.

Ejemplo: “Es una persona “insípida”.

Muletilla

Cuando repetimos, por hábito, una frase u oración.

Ejemplo: “Claro» que fui, pero «claro» que no lo vi. «Claro» que lo espere.

Neologismo

Cuando se abusa de palabras o enunciados nuevos.

Ejemplo: “¿Entraste a Internet a revisar tu facebook?”

Pleonasmo

Cuando utilizamos en un discurso palabras que son innecesarias.

Ejemplo: «Persona humana», en vez de decir «persona».

Redundancia

Cuando repetimos palabras u oraciones, de forma innecesaria.

Ejemplo: “Sube para arriba”, en vez de decir “sube”.

Vulgarismo

Cuando se emplean términos o frases incorrectas.

Ejemplo:  “Toballa”, en vez de decir “toalla”.