Las praderas tropicales o sabanas son biomas que se encuentran en regiones cálidas, caracterizados por presentar dos estaciones bastante marcadas. Una lluviosa y corta, en la que el suelo contiene una humedad excesiva, y otra seca y muy larga, en la que la vegetación llega a marchitarse, favoreciendo la aparición de incendios naturales.
Las sabanas se distribuyen en terrenos con relieve más bien plano, usualmente sobre antiguas llanuras aluviales. Es así como geográficamente las ubicamos en África central y meridional, India occidental, Australia septentrional, amplias áreas del noroeste de Brasil, Colombia y Venezuela y en sectores bastante limitados de Malasia. Por lo general, estas zonas están asociadas directamente a un clima continental cálido, con precipitaciones que fluctúan entre 500 y 2.000 milímetros.
Es posible identificar, según las asociaciones vegetales que se desarrollan en cada una de ellas, diferentes tipos de praderas tropicales, entre las que destacan la sabana herbácea, la arbustiva, la arbolada y el bosque abierto espinoso de sabana. Para nuestro análisis, consideraremos la pradera tropical más extensa y conocida: la sabana africana.
Vegetación y adaptaciones
Las praderas tropicales o sabanas se caracterizan por presentar una clase de vegetación típica: las gramíneas.
También presentan un importante desarrollo de hierbas, arbustos y árboles, cuyo desarrollo en mayor o menor medida está determinado por el tipo de sabana. Considerando la sabana africana como el típico ejemplo de praderas tropicales, podemos decir que tanto arbustos como hierbas conforman verdaderas «manchas» sobre las vastas praderas abiertas.
La presencia de árboles de gran altura es más bien limitada, debido a la falta de precipitaciones y el tipo de suelo. Este último es bastante duro y poco fértil, por lo que sólo algunos árboles logran incrustar sus raíces en busca de capas de agua subterránea.
La presencia del vital recurso también condiciona su ubicación, ya que, habitualmente, se encuentran bastante dispersos.
Los baobabs son los árboles de mayor tamaño que encontramos en la sabana africana. Estos pueden llegar a medir hasta 12 metros de altura, si sólo consideramos su tronco, y supera los 20 metros si tomamos en cuenta sus ramas y follaje. Están perfectamente adaptados para sobrevivir a periodos de sequía, ya que poseen un tronco capaz de almacenar hasta 120 litros de agua.
Fauna y comportamiento
En la sabana africana dominan los mamíferos ungulados herbívoros, con al menos 60 especies. Entre los más conocidos están el Ñu (Connochaetes gnou), la Cebra (Equus bucheli), la Jirafa (Giraffa camelopardalis), las gacelas y los rinocerontes. Muchos de ellos poseen hábitos migratorios de gran importancia, ya que las enormes manadas que conforman se mueven por la sabana africana de un punto a otro de manera periódica, según las variaciones de las precipitaciones y del desarrollo vegetacional.
Esta interesante diversidad de herbívoros condiciona el desarrollo de una importante variedad de depredadores carnívoros, entre los que se cuentan leones, leopardos, guepardos y perros salvajes. Cada uno de ellos posee conductas propias para cazar a su presa; mientras la mayoría de los leones lo hace en manadas, los perros salvajes cansan a sus presas hasta atraparlas y el Guepardo (Acinonyx jubatus) la persigue a gran velocidad.
Múltiples conductas en las que se aprovechan las mejores habilidades de cada una de las especies (rapidez, visión nocturna, buen olfato, etc.).
Una tarea muy importante es la que realizan los animales carroñeros. Estos se encargan de consumir aquellas presas muertas y abandonadas o los restos de lo que los otros carnívoros ya han consumido. Entre los más conocidos están los buitres y los chacales, que deambulan por la sabana africana en busca de comida sobrante y, muchas veces, descompuesta.
Presencia e impacto del hombre
Si bien en América del Sur la sabana existente aún no ha sido tan intervenida directamente por la acción del hombre, existe el caso de la australiana y de la africana, que no han corrido la misma suerte.
Según los descubrimientos fósiles, la sabana africana fue el escenario donde la raza humana evolucionó desde el hombre que se desplazaba con sus cuatro extremidades hasta aquel erguido que pronto se transformó en cazador y recolector. Fue una ocupación paulatina, en la que los recursos existentes no corrían mayor riesgo de desaparecer, ya que eran capaces de sustentar las necesidades de las tribus que comenzaron a poblar el sector.
Llegados los tiempos modernos y ya con un conocimiento más acabado de este interesante ambiente, el hombre comenzó a intervenir de manera intensa e irreversible la sabana africana.
Los tempranos cultivos de subsistencia dieron paso a monocultivos comerciales (como los de maíz, piña o legumbres, entre otros), transformando no sólo a primera vista el paisaje, sino, también, alterando las características del suelo y sus escasos nutrientes.
La introducción de rebaños de herbívoros para el consumo y el desarrollo de algunos poblados también convirtieron a la sabana en un ambiente más árido, cuyas condiciones de sequedad han aumentado considerablemente. Un grave impacto que no sólo afecta a las especies naturales que habitan estos sectores, sino que también permite el avance de los desiertos.
Se suman a estos problemas, graves acciones como la tala y la quema de árboles para la obtención de combustible, y la caza indiscriminada de algunas especies animales, principalmente mamíferos, que son apetecidos por su carne y por algunas partes de su cuerpo, como colmillos, dientes y cuernos.
Animal con armadura
Un habitante típico de las zonas tropicales de Asia y África es el Pangolín (Manis sp). Este es un particular mamífero del cual existen varias especies pertenecientes al orden exclusivo, el de Pholidota (los folidotos).
El cuerpo del pangolín se caracteriza por estar totalmente cubierto por duras y largas escamas (las que se endurecen conjuntamente con su desarrollo). No tiene dientes, por lo que utiliza su extensa y pegajosa lengua para atrapar hormigas y termitas.
Su manera de dormir (que incluso funciona como mecanismo de defensa) también es bastante especial: se enrolla en sí mismo como una pelota, formando una verdadera armadura con sus escamas.
Datos Icarito
¿Qué nombre reciben las extensas áreas de sabana tropical sudamericana?
Se denominan Llanos.
¿Para qué se han introducido especies en la sabana como pinos y eucaliptos?
Para aprovecharlos como recursos forestales.