Skip to main content

LA TERCERA, Domingo 11 de febrero de 2007
Por : Carmen Gloria Ramos

Aunque suelen tener un sueldo en promedio inferior al que perciben los profesionales universitarios, el escenario de las carreras técnicas es bastante alentador en el país. La inversión en este nivel de estudios es mucho menor a lo que se gasta en cursar una licenciatura –debido a que duran menos años y sus aranceles son más bajos- y todo indica que en la mayoría de las áreas el mercado está retribuyendo lo suficientemente bien a sus egresados como para convertirlo en un proyecto rentable.

De hecho, una investigación de Ingeniería Industrial de la Universidad de Chile concluyó que los titulados del 75% de las 40 carreras más frecuentemente impartidas en Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales recupera los costos directos e indirectos tras siete años de trabajo.

Las ingeniería en Ejecución, que se dictan en los Institutos Profesionales y con una duración de ocho semestres, encabezan la lista. Sus titulados, en todas sus especialidades, registran un retorno que supera el 200% después de siete años en el mercado laboral. Esto significa que, tras ese período, estos trabajadores no sólo han recuperado lo gastado al cursar sus estudios, sino también tienen ganancias que doblan lo invertido. Le siguen los contadores auditores y los técnicos en Prevención de Riesgos, que exhiben un nivel de retorno similar a los ingenieros.

Sólo en 11 de estas carreras, sus titulados no alcanzan a recobrar lo invertido después de siete años de trabajo. Esto sucede en las áreas de diseño, agrícola, turismo, secretariado, salud y las ligadas a la educación. Sin embargo, en todas éstas los niveles de retorno superan el 70% y sólo en dos -relacionadas con párvulos son inferiores al 50%. Claro que este panorama para la educación de párvulos se repite incluso si se trata de formación más extensa. Entre las profesiones universitarias, las profesoras de preescolar son una de las peor pagadas y después de siete años en el mercado laboral tampoco logran recobrar la mitad de lo gastado en sus estudios.

Diagnóstico equivocado

El panorama que se presenta en términos de cifras contrasta con lo que ocurre con la  valoración social de las carreras técnico-profesionales. Porque si bien durante la década pasada creció el interés por cursar estudios superiores, se trata de un fenómeno que no se repite al interior de este sector de la educación.

Entre 1990 y 2003, la tasa promedio de crecimiento para la educación superior fue de 6,3% anual, mientras que para la formación en Centros Técnicos e Institutos Profesionales fue de apenas un 2,6% por año.

En el mismo período, la matrícula en este sistema no alcanzó a completar la oferta de vacantes. Casi todos los años, con excepción del 2001 para los Institutos Profesionales, hubo entre un 60% y 90% de ocupación de los cupos. Especialmente mala fue la situación para los estudios de nivel técnico, que registraron un negativo -1,8% en su tasa promedio anual de matriculados.

Según el autor del estudio de la Universidad de Chile, Rodrigo Urzúa, estas cifras colocan a Chile como uno de los países con peor cobertura en lo referido a enseñanza técnico-profesional, lo que no se condice con su condición de economía emergente. “El país exhibe el nivel más bajo de enseñanza técnica comparado con las naciones de la Oecd e incluso con las que no están en este grupo y sólo está al nivel de Jamaica”, señala Urzúa, quien realizó esta investigación junto al investigador Pablo González.

Versus educación universitaria

La falta de vinculación de este tipo de enseñanza con la empresa y que los jóvenes perciban a la educación técnica como una formación terminal y no la vinculen a la posibilidad de seguir estudiando son algunas de las explicaciones que se entregan para que ésta no registre el impulso que se necesita en una economía emergente como la chilena.

A lo que se suma la alta valoración social que se entrega a los estudios universitarios. No obstante, cuando se trata de analizar exclusivamente la rentabilidad, la realidad no  acompaña a esta visión: de las 44 profesiones universitarias analizadas por una investigación similar de la Universidad de Chile, sólo en 21 ( 48%) los titulados recuperan lo invertido después de siete años de trabajo. Y dos -Ingeniería en Minas y en Obras Civiles- tienen un nivel de retorno superior al 200%.

 Egresados técnicos ¿Buenos pagadores?


Otro de los aspectos que calcula la investigación de la Universidad de Chile es la capacidad de pago de los egresados de las diferentes carreras de la educación técnico-profesional. Y sus resultados son también promisorios. Si se consideran las actuales condiciones para el crédito con aval del Estado que se otorga a los alumnos de institutos profesionales y técnicos (6% de interés) y dedicando sólo un 5% de la remuneración al pago del crédito, los titulados de 13 carreras logran devolver el dinero en 10 o menos años, en 20 tardan entre 11 y 15 años y en siete, entre 16 y 20 años.

Al comparar estos resultados con los obtenidos al hacer el mismo ejercicio en las carreras universitarias, las diferencias son evidentes: ninguna tarda menos de 10 años en devolver un crédito, destinando el 5% del ingreso.


Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /www/wwwroot/www.icarito.cl/wp-content/themes/icarito-v1/template-parts/content-relacionadas.php on line 13